El Ministerio de Defensa ha ampliado hasta el día 5 de marzo el plazo para inscribirse en la Jura de Bandera civil que se celebrarán en El Rocío, en Almonte, el próximo 16 de marzo, que está organizada por el acuartelamiento aéreo de Tablada (Sevilla), y que se llevará a cabo frente al Santuario de la Virgen del Rocío, en el Mirador de la Marisma a las 12:00 horas.

Así lo han indicado a Europa Press desde el Ejército del Aire, señalando que aún quedan plazas disponibles para aquellas personas interesadas en participar en este acto.

En este sentido, la Hermandad Matriz informó de que para las personas empadronadas en Almonte, El Rocío y Matalascañas, el Ayuntamiento está recepcionando de manera presencial esas solicitudes a través del Servicio de Atención al Ciudadano (SAC), presentando una copia del DNI.

De otro lado, la Matriz facilitó un enlace del Ministerio de Defensa para que las personas interesadas en participar puedan hacer la solicitud a través de esta dirección.

Para participar en la Jura de Bandera civil de El Rocío los interesados tendrán que tener la nacionalidad española y haber cumplido la mayoría de edad. El número máximo de jurandos es de 720.

El Rocío se suma así a las juras de banderas para civiles que hay previstas el próximo mes de marzo. El acto se desarrollará también en otras localidades como Abanilla (Murcia) el día 3, Ronda (Málaga) el día 9 y Madrid el día 16, misma jornada que la prevista en Almonte.

La Jura de Bandera es una promesa que se hace por voluntad propia para defender los intereses colectivos del país. Es, por tanto, una expresión pública, individual y cívica de lealtad hacia España y sus ciudadanos. Según algunos estudios, se trata de un acto que tiene su origen en la Antigua Roma en la que se celebraba una ceremonia para tomar juramento a quien entraba en el ejército.

En España existen testimonios de estos actos desde la Edad Media, en tiempos de la Reconquista, en los que mediante el juramento se creaba una relación que no se daba entre el Rey y un súbdito cualquiera, pues el soldado pasaba a percibir del monarca un sueldo y armas y estaba obligado a defenderle a él y a su reino. Con el paso de los siglos, la ceremonia se ha ido adaptando al tiempo actual, pero mantiene su esencia, si bien ya es accesible también para el personal civil.