La Real Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Punta Umbría camina ya hacia la aldea almonteña. Los romeros partieron tras la misa en su sede canónica, la parroquia del Carmen. Este año lo hacen con la carreta recién replateada y con el Simpecado antiguo restaurado. Todo ello hace que luzca como nunca la carreta por esos caminos hacia la Blanca Paloma. Un camino que será muy especial, sobre todo para la hermana mayor, Pepa Hernández, que partió emocionada y orgullosa. Para ella era una gran ilusión ostentar este cargo y lo ha hecho con el Simpecado antiguo, el primero que tuvo la hermandad, que se hizo a partir de un capote que regaló Miguel Báez Litri.

La filial costera ha afrontado este año el replateado de la carreta que han costeado rocieros y simpatizantes y que ayer se estrenó en el camino.

Muy orgullosa también iba la presidenta, Charo Beltrán por la gran comitiva que acompaña este año a la hermandad. Más de 30 enganches de caballos, otros tantos tractores-carriolas con las comodidades de una casa y unos 50 peregrinos a pie. Hace falta mucho valor para hacer este camino andando porque es muy duro llevarse tres días de asfalto y arena.

La salida fue espectacular, la hermandad contó con la voz de Pepe Gómez el Marismeño que les despidió a las puertas del Ayuntamiento cantando al simpecado. Allí también el alcalde Gonzalo Rodríguez mostró su deseo, en nombre de todo el pueblo, de que tuvieran un buen camino y una feliz romería.

Otro de los momentos emotivos de la despedida se vivió en las puertas del cuartel de la Guardia Civil, donde fueron despedidos con flores para la carreta y cantes.

Los peregrinos tienen por delante tres días de camino y 90 kilómetros para entrar en la aldea el jueves por la noche por el camino de Moguer. La primera pernocta fue anoche en el Picacho, la segunda en Bodegones y a partir de ahí vivir la romería.

Para esta noche en Bodegones está previsto que se descubra un monolito en recuerdo del paso de esta hermandad por tan emblemático lugar.