La fe rociera rompe la madrugada con el salto de la reja y detiene el tiempo durante la procesión
La impaciencia y las ganas de servir un año más a la Blanca Paloma se convirtieron en cuatro intentos de salto de la reja que animaron el nerviosismo
Al comienzo de la procesión, la Virgen se desvío evitando pasando por Villamanrique de la Condesa, obligando a su Simpecado a correr hacia ella
El Rocío 2025: Los mejores momentos del salto a la reja de los almonteños

El Rocío/El domingo previo al Lunes de Pentecostés la aldea de El Rocío lo vive cada año de una forma diferente. Pero hay una constante que se repite siempre, lo primero en lo que piensan los almonteños al despertarse: saltar la reja para poder llevar a su reina.
Apenas el reloj marcaba las 23:00 de la noche y ya en el templo la gente había quien se había sentado ya junto a alguna columna para coger sitio, nadie quiere quedarse atrás. Otros prefieren guardar la espera, aún más larga, desde los escalones exteriores del templo. En el interior la calma y las fotos con la Reina de las Marismas antes de su procesión fueron interrumpidos por los tamborileros que anunciaba la salida del Simpecado para la misa.
Nada más traspasar el portón del santuario, los almonteños se sentaron a las plantas de su madre. A la espera. Destacaban rostros jóvenes, pero en los que se veía que la devoción por la Virgen la han tenido desde siempre. Esa fuerza en la mirada que a veces también delataba la impaciencia de la juventud ansiosa de ser el motor que esa madrugada iba a llevar a la Blanca Paloma por las arenas de la aldea. Esta impaciencia se materializó hasta en cuatro intentos de saltos que alimentaron el nerviosismo.
Apenas pasada la medianoche, a las 01:01 tuvo lugar el primer susto de la madrugada. Los más impacientes se alzaron en la reja. Pero los santeros apaciguaron los ánimos y la calma regresó, con cierta dificultad. Todavía era muy temprano para sacar a la Virgen. El ansia quiso que en apenas veinte minutos, a las 01:22, los gritos y silbidos llenasen el templo de nuevo. Algunos almonteños querían superar aquella barrera que les impedía servir a su Reina. Pero aún era muy temprano y rápidamente volvió a reinar la tranquilidad.
Almonte volvió a pedir calma apenas una hora más tarde con un nuevo intento de salto que tampoco prosperó. Los almonteños más veteranos, que saben escuchar a la Virgen, sabían que no era el momento. Pero diez minutos más tarde, a las 02:34, volvía a darse otro intento, el ambiente se impacientaba, aunque hay quienes, sabedores de lo que significa el salto de la reja para los almonteños estaban tranquilos, faltaba poco para la hora, pero todavía no era el momento.
A algunos los párpados le comenzaban a pesar y el sueño comenzaba a jugar en contra. De golpe, los almonteños se levantaron y los gritos comenzaron a llenar el Santuario. El Simpecado iba hacia el templo y cuando este cruzase la puerta Almonte debía responder a la llamada de su madre.
El reloj marcaba las 2:42 cuando se produjo finalmente el salto de la reja adelantándose 15 minutos respecto a 2024. Gritos, vítores, silbidos, lágrimas, palmas... El templo rugió al ver a la Virgen caminar de la mano de sus hijos. Tras ella, con lágrimas en los ojos y abrazos que parecían eternos, Almonte volvía a servir a su reina como solo ellos saben hacer: desde la devoción más profunda. Tras ella, algunos aprovechaban para llevarse un recuerdo de aquel momento, la arena por la que acababa de pasar la Reina de las Marismas.
Nada más comenzar a doblar la primera esquina, las campanas de las primeras Casas de Hermandades comenzaban a replicar llamándola. La Virgen comenzaba a avanzar por las arenas de la aldea en busca de los Simpecados. El cansancio desapareció de los rostros de aquellos que se sumaban a la inmensa marea humana que acompañaba a la Virgen. El momento más esperado del año para muchos, aunque algunos tuvieron que vivir un momento atípico que descolocó a los presentes.
La Blanca Paloma evitó a la Hermnandad deVillamanrique de la Condesa. Al ver cómo la Virgen se alejaba de su puerta, la filial tuvo que correr hacia ella, que parecía rehuir del Simpecado. Preguntas al aire, miradas a los lados y vista atrás para poner respuesta a aquel desplante que algunos ya pronosticaban desde antes de comenzar la procesión. Hacía tres meses se vivieron momentos tensosdurante la peregrinación de la filial sevillana cuando el Simpecado se adentró hasta el interior del santuario saltándose las normas impuestas. Un desencuentro que Almonte se ha cobrado durante los primeros minutos de la procesión que, tras este incómodo momento para la filial, ha continuado en los términos de siempre, primando el amor por la Reina de las Marismas.
A su paso la Virgen dejaba lágrima de felicidad en quienes, sintiéndose afortunados, no podían creer que por fin podían verla por su aldea, que un año más se rendía a sus pies dejándose la voz en vivas hacia ella. Eran las 05:24 cuando desde el tejado de la casa Hermandad de Carrión de los Céspedes le regalaban una petaladaque hizo estallar la plaza en aplausos. La lluvia de colores ofreció una estampa que reflejaba el cariño que la Virgen despierta en los rocieros.
Aunque el reloj continuaba avanzando, para los que seguían la estela de la Virgen el tiempo se había detenido. Esta noche era solo para ella y sus rocieros.
Temas relacionados
No hay comentarios