La Hermandad Matriz de Almonte con su presidente, Santiago Padilla, estuvo ayer presente en Sevilla con motivo de la celebración del Lunes Santo. Se trata de una estampa habitual que se produce cada año y que tiene lugar en el seno de la Hermandad de la Redención, que procesiona y realiza estación de penitencia desde la Iglesia de Santiago de la capital hispalense.

Esto se debe a que ambas corporaciones, la Matriz de Almonte y la Redención, están hermanadas ya que la dolorosa de la cofradía sevillana lleva por nombre el de la Virgen del Rocío, por lo que los lazos de unión entre las dos hermandades son obvios. De hecho, la Hermandad de la Redención nombró a la Matriz de Almonte como hermana honoraria de la corporación sevillana en 1963 y, medio siglo más tarde, en 2013, fue la Hermandad Matriz de Almonte la que concedía el título de hermana honoraria a La Redención.

Es por ello habitual que una representación de la corporación rociera forme parte cada Lunes Santo del cortejo procesional de la Hermandad de la Redención en su estación de penitencia. Y así sucedió ayer en una jornada marcada por la inestabilidad meteorológica pero que no impidió que la cofradía de la calle Santiago desfilara por Sevilla.

Hay que recordar que ya este mismo año, en plena Cuaresma, La Redención tuvo un gesto con la hermandad que preside Santiago Padilla, en particular, y con el mundo rociero en general, con motivo de la elección del Cristo de la Redención como la imagen para presidir el Vía Crucis de las Hermandades de la Semana Santa de Sevilla, en un acto piadoso que tuvo lugar el pasado 19 de febrero, primer lunes de Cuaresma.

Este gesto consistió en que miembros de la junta de gobierno de la Hermandad Matriz de Almonte portaron la talla de Castillo Lastrucci en su salida desde la sede canónica. De esta manera, la cofradía volvía a poner en valor sus vínculos con la Hermandad Matriz de Almonte, permitiendo que fueran devotos de la Virgen del Rocío los que tuvieran el honor de portar sobre las andas al Cristo de la Redención.