Carlos Luis Quintero/Hermano mayor de la Hermandad de Huelva

"Importa más el apoyo humano que el económico para ser hermano mayor"

  • Explica que contar con una buena reunión rociera que le brinde ayuda es prioritario a la hora de desempeñar su cargo, así como conocer bien la hermandad y saber cómo funciona

Carlos Quintero ante el Simpecado de Huelva, en la capilla de su casas de hermandad.

Carlos Quintero ante el Simpecado de Huelva, en la capilla de su casas de hermandad. / Alberto Domínguez (Huelva)

La herencia rociera es clave cuando se charla con Carlos Quintero, hermano mayor de una de las filiales con más historia e historias. Lleva el Rocío en la sangre. Aunque ha vivido ya días históricos durante estos meses, ahora espera un nuevo pero más especial Lunes de Pentecostés, que supondrá su particular fin de año.

–¿Esto le viene de familia?

–Evidentemente. Tanto por la familia paterna como por la materna, mis bisabuelos fueron hermano mayores. De esas dos ramas hasta hoy se ha continuado transmitiendo la semilla rociera por un lado y por otro.

–¿Cuándo supo que quería ser hermano mayor?

–Esa ilusión la tengo desde que era pequeño. Lo empiezas a sentir desde esa edad y lo vas viviendo en tu familia, el Rocío de verdad, desde dentro de la hermandad, porque tu familia te lo inculca de esa manera. Vives la vida de hermandad el año entero. Y llega un momento en el que sientes ese gusanillo en que decides presentarte a hermano mayor, aunque la decisión definitiva la tomas cuando ya tienes una cierta edad en la que lo puedes asumir con la responsabilidad que conlleva y con la madurez que se necesita y se requiere para llevar una hermandad y ostentar un cargo tan importante como el de hermano mayor de una hermandad tan relevante como la de Huelva.

–¿Cómo ha sido este año de preparativos?

–Ha sido un año bastante intenso. Nos hemos preparado mucho, especialmente en el ámbito espiritual. Hemos realizado actos, eventos y cultos importantes y extraordinarios que nos han preparado para el encuentro con la Virgen del Rocío. El camino se recorre durante el año entero, no solo los dos días de peregrinación (jueves y viernes) de Huelva hasta la ermita. Lo hemos celebrado, por ejemplo, con el encuentro diocesano de hermandades rocieras, la Magna Rociera de Huelva. Es un proyecto que llevaba y solicité a la junta de gobierno cuando tomé posesión. Y, posteriormente, con la peregrinación a Roma, al Vaticano, para postrar nuestro Simpecado ante el sepulcro de San Juan Pablo II, 25 años después de que él lo bendijera cuando estuvo en El Rocío. Todo esto ha servido para prepararnos a esta próxima romería.

–Durante este periodo habrá conocido a muchos otros hermanos mayores de las filiales rocieras, ¿Cómo ha sido esa convivencia de ideas y sueños?

–Este año más que nunca, porque hemos tenido actos extraordinarios como la Magna Rociera de Huelva donde nos hemos unido muchísimo las juntas de gobierno y los hermanos mayores, en particular, de todas las hermandades rocieras de Huelva, además de las de Madrid, Córdoba y Toledo, que también participaron. La Magna Rociera ha sido un empujón importante para nuestra unión, puesto que ha propiciado que nos unamos más que nunca.

–Muchos lectores de este periódico se preguntarán que, para ostentar su cargo, el tema de los recursos económicos, además de la ilusión y la devoción, es algo fundamental. ¿Qué se necesita para ser hermano mayor?

–Se necesita, sobre todo, estar preparado. Es decir, conocer bien tu hermandad y saber cómo funciona y se gestiona, saber qué somos, dónde estamos y a dónde vamos. Y, además, evidentemente también hace falta un apoyo económico, pero que no es, ni por asomo, el que la gente puede llegar a pensar. Hoy en día cualquier hermano de la Hermandad de Huelva que tenga lo más importante para mí, como es una buena reunión rociera, un grupo humano por detrás que le apoye, que le ayude y que trabaje por él para todos los actos y eventos que se hagan, es más importante que tener mucho dinero. Para ser hermano mayor es más importante el apoyo de recursos humanos que puedas tener que los recursos económicos. Antes era diferente.

–Entiendo que ha sido importante la colaboración de familiares, amigos y de los rocieros de Huelva…

–Lo más importante es tu propia reunión, tu familia, tus amigos y con quienes vayas al Rocío. Debe ser un grupo que también sepa dónde está, en la Hermandad de Huelva. Deben saber cuál es el papel de ellos en el año en el que tú eres hermano mayor. Deben estar dispuestos a asimilarlo. Y entonces ya puedes estar tranquilo, porque todo va sobre ruedas.

–Una vez en la aldea, ¿de quién o quiénes se vas a acordar esta romería?

–Me voy a acordar de los que no están conmigo, de mi familia. De mi padre y de mi tío padrino, que me dejó después de la Magna. También de mi abuela, que era la más rociera del mundo. En fin, de todos los que han estado desde chico conmigo en la hermandad y ya no están.

–Imagino que todos los días del Rocío los tiene marcados en rojo en el calendario. ¿Con cuál se quedarías?

–Me quedo con la madrugada del lunes, indiscutiblemente. Ése es mi día del año. En el momento concreto en el que la Virgen llega a Huelva es donde se resetéa el disco duro y empiezas a pensar en El Rocío siguiente. Empiezas a desandar los días. Para mí, el Lunes de Pentecostés es el fin de año del rociero.

–Cuando el 12 de junio le entregue la bandera asuncionista a Desiré Márquez, la nueva hermana mayor, ¿qué le deseará?

–Que no pierda de vista la mirada de la Virgen, porque si miramos los ojos de la Virgen, seguro que vamos a ser más felices. Ahí es donde va a encontrar la forma de hacer su camino como hermana mayor y la fórmula para ir desarrollando su cargo de la mejor de las maneras.

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