La procesión

Grato paseo por la aldea

  • La Blanca Paloma recorre El Rocío durante ocho horas. La Matriz pone en práctica una serie de cambios organizativos que facilitan la movilidad y la accesibilidad durante el itinerario procesional.

Este Rocío será recordado por varias cosas. La primeram desde luego, por el anuncio de la concesión por parte de Su Santidad Benedicto XVI del Año Jubilar Mariano. Otra de ellas será el desarrollo de la procesión, que respondió a un nuevo planteamiento y que permitió que almonteños y rocieros en general disfrutaran de la Blanca Paloma durante más de ocho horas.

En honor a la verdad, esta procesión de 2012 sorprendió a la gran familia rociera. Tras la frustración vivida en 2011, por la suspensión del tradicional recorrido de la Virgen por la aldea, había cierta expectación por saber si la Matriz llevaría a cabo cambios en la filosofía de esta multitudinaria manifestación de fe. Y cambios ha habido y el sentir generalizado es que han sido acogidos de manera positiva.

Tras la rápida salida de la Patrona de los almonteños desde la ermita, la procesión respetó su itinerario habitual. De este modo llegó al Real que presentaba un panorama bien distinto al de años anteriores. Esta plaza es uno de los enclaves tradicionales de agrupamientos de Simpecados que esperan la anhelada visita de la Blanca Paloma. En esta ocasión, el espacio se mostró prácticamente diáfano, ya que de los 18 que se congregaban ahí, tan solo había 3. En esta ocasión no estaban las representaciones que se sitúan ante las casas de Coria, Huelva y Moguer.

Esta circunstancia provocó que el paso de la Reina de las Marismas se agilizara enormemente y a las 07:30 la Virgen del Rocío se encontrara ante la casa de hermandad de Huelva. Con el cambio de esos 15 Simpecados a la zona del Eucaliptal y la calle Almonte se evitó el zigzagueo que el paso se veía obligado a seguir en esta zona del trayecto. De todos modos, quedaban en El Real infinitas muestras de un fervor renovado año tras año y que se evidenciaron en el paso de la Virgen por la casa de las camaristas y de las casas de hermandad ahí situadas.

Con mucha antelación en relación a años anteriores, Huelva vivía el momento más esperado de toda la romería. La Matriz le había pedido a la veterana filial que se preparara un  pasillo para que la Virgen pudiera llegar mejor al Simpecado, a cuyo lado se encontraban el director espiritual, José Antonio Sosa, y José Manuel Barral. Así se hizo, aunque un ligero percance hizo que los rocieros onubenses pudieran disfrutar más de la Virgen.

 El báculo del Pastorcito comenzó a desprenderse, por lo que se llamó a las camaristas. Éstas, tras hacer diversas comprobaciones, optaron por retirar la pieza que portaba la imagen y así seguiría el paso durante el resto de la procesión. Se escucharon las primeras sevillanas y un poco antes de las 08:00 los almonteños retomaron el rumbo para encontrarse con otras filiales. Así, nada más llegar a la plaza Doñana, la Blanca Paloma se encontró con la otra filial onubense: Emigrantes. El Simpecado con la Concha Peregrina lucía en la bella y fresca mañana, acompañado del de Cornellá, mientras que su director espiritual, José Manuel Barral, dirigía a los rocieros onubenses en unos momentos que se quieren saborear al máximo, siendo conscientes de que el privilegio de tener a la Blanca Paloma tan cerca dura poco tiempo. La noticia de que la Virgen había llegado antes al Eucaliptal que otros años se había extendido por toda la aldea. En este enclave es donde la Matriz tenía preparada otra de las grandes novedades: la inclusión de los simpecados que otros años estaban en El Real y en esta ocasión se repartían aquí y en la calle Almonte.

Un bello bosque de simpecados, situados en forma de U a la altura de la casa de la Hermandad de Gines favorecía el recorrido de la Blanca Paloma. El paso de la Virgen por el Eucaliptal fue sereno, sobrecogedor y suave, satisfaciendo la fe de los miles de rocieros allí congregados.

A las filiales onubenses consultadas no les pilló por sorpresa el adelanto en el horario. Todas ellas tienen el paso por Huelva como punto de referencia. Ese es el cálculo que tienen para preparar la comitiva que acompañará a sus simpecados. En el caso de Bonares se contó con la tradicional presencia de Antonio Bueno, siendo este año el hermano mayor su sobrino José María Bueno. Éste resaltó otra de las novedades de este año, muy alabada ayer en la aldea: "Los almonteños se están moviendo muy bien y abren con bastante facilidad pasillos para que el paso pueda llegar hasta el Simpecado". Ese momento, en el caso de la filial bonariega, fue a las 08:30. Un poco antes visitó Trigueros. Su hermano mayor, Manuel Maraver, resaltó que "la Virgen se ha acercado mucho".

En esta ocasión los almonteños iban vestidos con camisas blancas, de modo que se facilitaba su identificación. Aunque los más jóvenes también tuvieron la oportunidad de llevar el paso, la mayor tarea la asumieron los más maduros. Eran las 11:10 cuando la Blanca Paloma se situaba frente a la casa de hermandad de Moguer. Todos los presentes ya eran conscientes de que la procesión vivía su última etapa, con lo que el tiempo sería más reducido que en años precedentes. Tras Moguer, la Virgen se deleitó con la Matriz. El cansancio físico de los almonteños era ya patente, ya que no hay que olvidar que el paso ha ganado en peso tras las modificaciones efectuadas este último año, aunque también es más sencillo su manejo. Así, tras la visita a la Matriz, la Blanca Paloma se encaminó hacia la puerta del santuario, donde recibió varias petaladas. A las 11:40, la Reina de las Marismas fue introducida en el templo y escasos minutos después, tras e rezo de la Salve, estaba situada en su altar, recibiendo nuevamente el cariño de sus hijos almonteños y resto de devotos.

La romería de 2012 tocaba a su fin desde el punto de vista litúrgico. En los rocieros había caras de sorpresa y de agrado por lo vivido tras el paréntesis del año anterior y por el buen transcurrir de la procesión.

El hermano mayor de la Matriz, Juan Francisco Cáceres, resumía perfectamente la mayor parte de los sentimientos y de las opiniones que se vertían esa mañana en la aldea: "Ha sido una procesión espectacular y Almonte ha demostrado que sabe hacer las cosas". Cáceres afirmó haber "disfrutado por lo bien que ha salido todo y me siento emocionado porque hemos logrado nuestro objetivo".

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