Cantando, bailando y disfrutando el Rocío
Flamenco. Los rocieros llenan de alegría la aldea almonteña con el cante por sevillanas al ritmo de cajas, palmas y tamboriles, animando la Romería del Rocío


El cante por sevillanas y por rumbas animan a los rocieros. Las mujeres, vestidas de flamenca y los hombres, vestidos de corto, adornan las casas que constituyen la aldea almonteña con sus cantes y sus bailes.
Como en otras casas de hermandad, en la de Huelva se esperaba ayer con impaciencia la salida de la Reina de las Marismas. Desde la hora del almuerzo, los cantes y los bailes no han cesado en el patio de la casa donde sus romeros han puesto toda su devoción en los cantes dedicados a la Virgen.
La comida, la bebida y la unidad no podían faltar en un día tan esperado para los rocieros, en el que lo dan todo pese al agotamiento. La casa hermandad de Huelva está a rebosar, familiares y amigos van y vienen de visita, antes de que la Blanca Paloma se alce a hombros de los almonteños.
La hermandad se hace notar en el ambiente. Todo el mundo disfruta, ríe y canta aprovechando las últimas horas antes de ir a la ermita.
El colorido de los trajes de flamenca, con sus flores y lunares, y las voces de los romeros hacen del patio de Huelva un lugar idóneo donde pasar la noche, a la espera de la procesión de la Virgen del Rocío.
Las pocas horas de descanso de estos días parecen no haber hecho mella en la romería. Todos dan lo mejor de sí mismos y eso se nota en el ambiente. En la aldea almonteña no hay división, las hermandades son sólo una, todos se unen en la pasión y en la devoción que sienten por la Divina Pastora.
El sonido del tamboril marca el compás de las sevillanas, las cajas, las guitarras y los palillos acompañan a las voces que se alzan con sus cantes honrando a la Blanca Paloma.
La expectación es impresionante. Todos esperan por Ella. El Rocío entero espera postrarse ante Ella.
En la casa hermandad de Paterna del Campo, todos desean el momento de la procesión acompañados de los amigos y familiares. Su hermano mayor, Antonio Pérez Martínez, explica que este es un Rocío aún más especial para él, ya que este año hace el camino, por primera vez, guiando a la hermandad bajo el cargo de hermano mayor. "Es un Rocío muy especial, venimos con mucho sentimiento" comenta. En la Hermandad de Paterna, pese a ser muy pequeña, se puede ver la real hermandad que viven los romeros, entre los que se pueden contar hasta cuatro generaciones distintas de rocieros.
La Hermandad de Punta Umbría se hace escuchar desde la calle. Los niños, tamboril en mano, animan a los romeros a ponerse a bailar. Allí, la confianza y la unión se ven desde fuera. Rociero desde siempre, Mariano Beltrán, hermano mayor de Punta Umbría, explica qué es para él El Rocío. "Es muy difícil decir lo que siento por el Rocío y por mi hermandad, El Rocío hay que vivirlo. Es la satisfacción más grande del mundo". Como Mariano Beltrán, muchos peregrinos esperan cada año el momento de echarse a los caminos para poder llegar al Rocío.
Ahora, tras la salida en procesión de la Virgen del Rocío, los romeros pondrán de nuevo todas sus ilusiones para pedirle a la Blanca Paloma poder volver un año más, poder disfrutar del Rocío, de su hermandad, de s u alegría y, lo más importante, de Ella.
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