Barómetro de digitalización de la Fundación San Telmo

La mayoría de los directivos andaluces no tiene conocimiento de los fondos Next Generation

Dionisio Millán, director Zona Sur de Seidor; Antonio Hidalgo, secretario general de San Telmo Business School; y José María López, director de Proyecto de Seidor

Dionisio Millán, director Zona Sur de Seidor; Antonio Hidalgo, secretario general de San Telmo Business School; y José María López, director de Proyecto de Seidor / José Ángel García

La mayoría de los directivos andaluces no solo no van a pedir fondos europeos Next Generation, sino que es un asunto que desconocen. Es lo que se desprende del 'Barómetro Digitalización Andalucía y Extremadura', elaborado por la cátedra Seidor Agenda Digital para la Alta Dirección de San Telmo Business School a partir de encuestas a 178 directivos de las dos comunidades autónomas, y que ha sido presentado este martes en la escuela.

Concretamente, el 53%, a la pregunta de si tiene planeada su organización presentar algún proyecto a alguna de las convocatorias responden "no tengo esa información", mientras que el 23,6% asegura que sí lo harán e idéntico porcentaje, que no. Según el estudio, cuanto más facturan las empresas más intención hay de usar los fondos, salvo en la franja de empresas con un negocio de entre 11 y 25 millones de euros, entre las que sí se observa una mayor inquietud relativa.

Mucho camino por recorrer

El informe, presentado por José María López, director de Proyecto de Seidor -consultora tecnológica que ofrece servicios para mejorar la competitividad de las empresas- refleja que los directivos -los encuestados son perfiles diversos, tamaños de empresas diferentes y también distintos sectores- dan una puntuación discreta al grado de madurez digital de sus empresas. Los de las pymes (menos de diez millones de euros de facturación) dan un 1,9 sobre cinco, y la puntuación sólo supera el 3 en el caso de las empresas más grandes (más de 200 millones). 

Consideran, además, que las competencias digitales de sus propios empleados están por encima de la madurez de la empresa (pasa en las firmas con menos de 100 millones de facturación, no en el resto) y ven en la resistencia al cambio (51%) y la falta de talento adecuado (42%), sobre todo de perfiles "que tienen una concepción del negocio con una aproximación digital", las dos principales barreras para avanzar. "Hay trabajo por hacer, lo reconocen y saben que hay un gap (brecha) que cubrir", señala López.

El informe señala también que, ahora mismo, la digitalización se considera más un elemento para resistir la incertidumbre y la volatilidad que para conseguir una ventaja competitiva. 

La automatización de procesos, una prioridad

De cara a 2023, el 46% tiene previsto invertir en la automatización de procesos, y el mismo porcentaje apuesta por el CRM, la herramienta para gestionar la relación con los clientes. Estos son los dos factores que más interesan a las empresas en cuanto al avance digital. "Hablamos de elementos tecnológicos que giran alrededor de la eficiencia y del desarrollo de canales para acercarnos al cliente", explica López.

El informe refleja otras cuestiones, como por ejemplo que el liderazgo de los procesos de transformación digital es asumido por el propio director general o gerente, con lo que se reconoce implícitamente su carácter transversal. Los CIO, directivos encargados de las Tecnologías de la Información, solo están en la cabeza de la transformación en el 11% de los casos, y, según López, van perdiendo importancia, salvo en las compañías de mediano tamaño.

El teletrabajo retrocede

El barómetro también constata el retroceso del teletrabajo tras la explosión de este fenómeno motivada por el coronavirus. Casi la mitad, el 46,6%, directamente no lo aplica y el 31% solo en una medida pequeña (hasta el 25% del tiempo). Únicamente en 8,4% funciona con teletrabajo total o casi total. "Se da valor al factor equipo, que es un generador de ideas, que tiene el trabajo en una oficina", concluye López.

El Covid, precisamente, tiende a ser olvidado, y de hecho el factor sanitario es ahora mismo el que menos preocupa. Y los directivos se parten prácticamente en tres tercios a la hora de valorar sus consecuencias: a un tercio le ha generado oportunidades, a otro no le ha afectado en nada y a una última parte sí le ha traído consecuencias negativas.

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