El único videoclub abierto en Huelva y de los últimos en Andalucía y España

La descarga y visualización masivas de películas por Internet, la variedad de canales de televisión y también la crisis han golpeado con fuerza a los tradicionales videoclubs. Estos comercios que fueron un gran negocio, especialmente a principios de los años 90, están ahora en peligro de extinción.

De hecho, son muy escasos los que aún quedan abiertos en España y Andalucía. En la provincia de Huelva actualmente solo sobrevive uno: Videoclub Rambo.

Un tradicional establecimiento de alquiler y venta de películas "donde podrás encontrar miles de títulos de tus actores y actrices favoritos, míticas películas de tu infancia , además de poder disfrutar de la calidad que te ofrece el Blu-ray y el DVD en tu televisor de plasma o tu home cinema. Un videoclub que a pesar de ser ya un negocio poco visto e inusual ya es una reliquia", apuntan desde el videoclub.

Su propietario, Manuel Rodríguez, abrió el establecimiento en 1982. "Los mejores momentos que ha vivido el videoclub han sido a finales de los 80, a mediados de los 90 y a principios del 2000 con el auge del Blu-ray", cuenta.

Las películas más demandadas de todos los tiempos: Titanic, RoboCop, las protagonizadas por Eddie Murphy o Troya. Las películas de Disney también eran muy esperadas. Algunas como La Bella y la Bestia fueron un éxito. También las catalogadas como X eran muy populares.

En este videoclub han llegado a ganar hasta 600.000 pesetas en un fin de semana durante sus años dorados. Un esplendor que se llevado con el paso del tiempo el auge de Internet y las plataformas digitales.

Con todo, este señero local permanece abierto contra todo pronóstico como uno de los templos para aficionados del séptimo arte en la capital. Unas 15.000 películas que a día de hoy se venden por un precio simbólico: desde 2 euros.

Por este emblemático lugar han pasado desde jugadores del Recreativo hasta la actriz Concha Velasco durante el Festival Iberoamericano.

Hoy perdura para el disfrute de los que todavía creen en la magia de esta entrañable y particular forma de ver cine.