A lo largo del último año, investigadores de la Universidad de Huelva han organizado varias visitas guiadas al poblado minero de Valdelamusa y su antigua mina de Confesionarios. Estas visitas se encuentran enmarcadas dentro de un micro-proyecto de investigación y transferencia del conocimiento financiado por la Cátedra de la Provincia y la Diputación de Huelva titulado “El reto turístico en poblados mineros en declive: El caso de Valdelamusa”.
El proyecto, ha sido liderado por los profesores del área de Explotación de Minas de la Universidad de Huelva Carlos Boente López y Emilio Romero Macías, junto con los estudiantes Adrián Zafra Pérez y Zulema García Fernández. Se ha buscado fomentar la inversión y estimular la puesta en valor del numeroso patrimonio existente en diversas minas a lo largo de la provincia de Huelva, explotadas por compañías europeas en los siglos XIX y XX. Tras el cierre de las mismas, estas poblaciones han visto cómo su población se reducía y cómo toda su infraestructura minera se deterioraba con el paso de los años.
Sin embargo, el proyecto defiende que las minas cuentan con un gran atractivo turístico que podría explotarse para así aumentar la oferta de ocio más allá del “sol y playa”, tan reconocido en la provincia, suponiendo una nueva oportunidad para la atracción de riqueza e inversiones a estas comarcas del Andévalo y la sierra onubense.
Para ello, los investigadores han tomado como ejemplo el poblado minero de Valdelamusa y han creado una ruta turística, la cual han dotado de cartelería y señalética para facilitar el desplazamiento a través de la misma. Además, han diseñado una página web (http://www.uhu.es/valdelamusa/) en la que se guardará la historia de la mina, su legado, sus ítems patrimoniales, así como otras curiosidades del poblado y su forma de vida que los turistas podrán ir descubriendo a lo largo del nuevo trayecto.
El recorrido, una circular de unos cuatro km y de dificultad baja, recorre las calles del pueblo y transita alrededor de la corta minera, mostrando las aún todavía bien conservadas estructuras de los cargaderos, las antiguas oficinas de la extinta Sociedad Francesa de Piritas, la Casa Dirección, la pista de tenis (de los primeros indicios deportivos de la provincia), el taller de carpintería, la corta minera, la impresionante chimenea y por supuesto, los “confesionarios”: las curiosas estructuras geológicas que dan nombre a la mina.
Para la ejecución del proyecto, además, los investigadores han colaborado estrechamente con el Ayuntamiento de Cortegana, su alcaldesa, María del Carmen Fernández Macías, y su equipo, que se han involucrado en todas las fases del proyecto. Igualmente, los propietarios de los terrenos de la antigua explotación minera, la Sociedad Piritas de Huelva han prestado también su apoyo y participación; así como la compañía minera Sandfire-MATSA, para ofrecer una versión de la historia lo más fidedigna posible y con gran nivel de detalle. Asimismo, el proyecto ha apoyado la contratación de diversas empresas municipales, como la organizadora de actividades y eventos Vestigia, y diversos bares y restaurantes del pueblo.
Durante el mismo, se han realizado hasta cuatro visitas turísticas en las que se ha logrado atraer a alrededor de 250 personas, así como también se han realizado otras actividades de divulgación organizadas por la Universidad de Huelva, como la Semana de la Ciencia o la Noche de los Investigadores.
Colaboradores entre distintas instituciones, de izquierda a derecha: Adrián Zafra Pérez (Universidad de Huelva), David López Fernández (Ayuntamiento de Cortegana), María del Carmen Fernández Macías (alcaldesa de Cortegana), Carlos Boente López (Universidad de Huelva), Zulema García Fernández (Universidad de Huelva), Isabel Bermejo Fernández (Sandfire-MATSA). Fotografía realizada por miembros del grupo
La ruta, a la que se puede acceder fácilmente en el tren de la línea Zafra – Huelva o bien en coche, se encuentra ya disponible y es visitable.
Visita realizada el pasado 4 de marzo a la zona. Fotografía realizada por miembros del grupo
