Nació en un pueblo blanco de Huelva y fundó una de las ciudades más grandes de Estados Unidos: "Puso la primera piedra del sueño americano"
Este fraile onubense cruzó el océano Atlántico y con su labor evangelizadora puso la primera piedra de la que hoy en día es una de las ciudades más icónicas y pobladas de Estados Unidos
La playa de Huelva que enamora a Portugal, considerada de las más bonitas de España: "Un pequeño paraíso justo al lado"
El lugar más peligroso para bañarse de España está en Huelva y es tan extremo como el río Amazonas o el lago Michigan
En un bello pueblo blanco de Huelva, nació hace casi cuatro siglos un hombre cuya historia trascendería mares y continentes: Fran Antonio de Olivares. Su vida, marcada por la fe y la determinación, le llevó a cruzar el Atlántico para dejar su huella en tierras lejanas.
Originario de Moguer, Antonio ingresó joven en la orden franciscana y pronto emprendió un viaje hacia la Nueva España. Su objetivo: Fundar misiones y acercar la cultura y la espiritualidad española a los pueblos que allí habitaban. Fue así como llegó a lo que hoy conocemos como San Antonio, en Texas, una de las cinco ciudades más grandes de Estados Unidos, con casi 2 millones de habitantes.
La fundación de San Antonio
El 1 de mayo de 1718, Antonio de Olivares puso la primera piedra de la Misión de San Antonio de Valero, núcleo que daría origen a la ciudad de San Antonio. Esta misión, junto con otras iniciativas, consolidó el asentamiento hispano en la región. Con el tiempo, la Misión de San Antonio de Valero se haría famosa como El Álamo, nombre que hoy resuena en la historia de Estados Unidos como símbolo de resistencia y valentía.
Fundó esta misión bajo el gobierno del virrey don Baltasar de Zúñiga y Guzmán, marqués de Valero. Posteriormente fue poblado por un grupo de una veintena de familias procedentes de las Islas Canarias, obligadas por la Corona Española a la emigración mediante el "tributo o impuesto de sangre", para el fortalecimiento de los territorios americanos recientemente integrados en la Corona.
Antonio de Olivares, quien ofició la primera misa celebrada en Texas, y además de San Antonio de Valero, también fundó otras misiones, como la de San Antonio de Béjar y la Acequia Madre de Valero.
Su visión y esfuerzo contribuyeron a transformar un territorio salvaje en un asentamiento organizado, donde la cultura española echó raíces profundas.
Un puente entre Moguer y Texas
Desde su Moguer natal hasta las calles de San Antonio, la historia de Antonio de Olivares es un relato de determinación y pasión. En Moguer se le recuerda como un ejemplo que desarrolló una gran labor evangelizadora, estrechando los lazos que Moguer mantenía con el Nuevo Mundo desde su destacada participación en la organización y el desarrollo de la aventura del Descubrimiento
Mientras, en Texas su figura se asocia con la fundación de una de sus ciudades más icónicas de Estados Unidos, un símbolo que ha traspasado fronteras.
También te puede interesar