El lugar más peligroso para bañarse de España está en Huelva y es tan extremo como el río Amazonas o el lago Michigan

A simple vista, el Río Tinto, parece un escenario de otro planeta. Sus aguas de tonos rojizos, su paisaje lunar y su magnetismo visual atraen cada año a miles de visitantes, fotógrafos y curiosos. Pero tras esa belleza hipnótica se esconde una realidad inquietante: Es el lugar más peligroso de España para bañarse, y uno de los más peligrosos del mundo, al nivel del río Amazonas o el lago Michigan.

Así lo ha confirmado la plataforma internacional Islands.com, especializada en destinos y experiencias por todo el planeta, que recientemente publicó una lista de los lugares más peligrosos del mundo para nadar o darse un baño. El reportaje advierte a los viajeros sobre los riesgos ocultos tras algunos de los paisajes más bellos del planeta.

En esa lista de destinos extremos, junto a enclaves tan icónicos como el Amazonas, el Lago Michigan o la playa de Tamarama en Australia, aparece un nombre español: el Río Tinto, en Huelva.

El porqué de su peligro: Un río tan bello como tóxico

Las razones para no bañarse en el Río Tinto están más que justificadas. Según explica el informe, “se acumularon depósitos de minerales de sulfuro y, al exponerse al agua y al aire, acidifican el río y atraen bacterias que le dan su tono distintivo”.

Esa mezcla de minerales hace que el agua tenga un pH equivalente al del vinagre, lo que la convierte en un entorno extremo, tóxico y corrosivo.

Desde Islands.com advierten que, además de poder mancharte la ropa de forma irreversible, bañarse en él puede ser peligroso para la salud.

Un espectáculo natural para admirar, no para tocar

Aunque los onubenses lo saben bien, nunca está de más recordarlo. El Río Tinto no está hecho para zambullirse, sino para contemplarlo y maravillarse. Su color rojo intenso, su historia minera y su paisaje casi marciano lo convierten en un recurso turístico único, que ha inspirado estudios científicos, misiones espaciales e incluso películas.

Su carácter extremo lo ha hecho famoso en todo el mundo, y aunque es un orgullo natural de Huelva, también es un recordatorio de que la belleza, a veces, puede ser peligrosa.

Así que ya lo sabes: El Río Tinto se admira con la cámara… no con el bañador.