"Poco turismo y playas vacías", este es el pueblo costero de Huelva perfecto para empezar el otoño

Temperaturas suaves y playas infinitas en otoño
Temperaturas suaves y playas infinitas en otoño / Alberto Domínguez

Allá donde el Atlántico onubense acaricia la frontera con Portugal, se esconde un tesoro que muchos describen como un auténtico paraíso caribeño en uno de los pueblos más bonitos de Huelva, también en otoño.

Su nombre es Isla Canela, una playa infinita de arenas doradas y aguas transparentes que medios nacionales e internacionales han llegado a definir como “la isla española con playas de ensueño que parecen sacadas del Caribe”.

Una "isla" infinita llena de maravillas

Ubicada en Ayamonte, Isla Canela presume de un entorno natural de enorme valor, rodeado de marismas, dunas y esteros que cambian de color con cada marea, y que también es un paraíso al terminar la temporada estival.

A su atractivo paisajístico se suma una gastronomía exquisita que hace honor a la tradición marinera de la zona: Pescado recién llegado de la lonja y mariscos que saben a mar abierto.

Es también uno de los destinos favoritos de los amantes del deporte: El kitesurf y el windsurf encuentran aquí condiciones perfectas, mientras que ciclistas y caminantes disfrutan de uno de los carriles bici más espectaculares de la costa onubense, con vistas a la playa y al Guadiana.

La playa ideal para desconectar en otoño

Aunque es una de las playas más aclamadas de Huelva, conserva un ambiente sereno que invita al descanso. Sus 5 kilómetros de arena fina y aguas tranquilas parecen multiplicarse cuando baja la marea, dibujando un horizonte casi infinito que invita a pasear sin prisa.

La zona se completa con su Marina, el puerto deportivo y una variada oferta de chiringuitos, bares y restaurantes donde saborear no solo el verano, también el otoño… O cualquier estación, porque Isla Canela disfruta de temperaturas suaves durante todo el año.

Tres playas en una

Isla Canela se divide en tres zonas diferenciadas:

  • Playa de los Haraganes, con 1.800 metros de extensión.
  • Zona central de Isla Canela, también de 1.800 metros.
  • Playa de San Bruno, que llega hasta el estuario del Guadiana y regala un paisaje único de marismas y aguas verde esmeralda.

En la bajamar, aparecen pequeños islotes y charcas poco profundas donde el sol se refleja al caer la tarde, creando uno de los espectáculos más bellos de la costa onubense.

Atardeceres de postal

Si algo convierte a Isla Canela en inolvidable son sus puestas de sol. Los cielos se tiñen de naranjas y rosas, y el horizonte regala una imagen mágica: España y, al fondo, Portugal, compartiendo los últimos destellos del día.

Un destino internacional

Isla Canela se ha convertido en un reclamo para turistas de toda Europa: Alemanes, británicos, holandeses y, por supuesto, portugueses, la visitan cada temporada, al igual que viajeros nacionales procedentes de Andalucía, Extremadura y Madrid.

Incluso es habitual ver a rostros conocidos que eligen este rincón por lo que ofrece: Tranquilidad, discreción, buena gastronomía, hoteles de ensueño y una relación calidad-precio difícil de igualar.

Y no olvides visitar también Ayamonte, recorrer sus calles blancas que llevan a la panorámica que Portugal nos regala desde el espectacular muelle y su paseo marítimo.

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