Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Huelva está llena de playas vírgenes y edenes naturales por toda su costa. Esta es de las más desconocidas, y la manera más sencilla de llegar a ella es desde la provincia de Cádiz. ¡A no ser que quieras andar una veintena de kilómetros!
Esta espectacular playa escondida en la naturaleza es de las poco conocidas, de hecho, es más apreciada en la vecina Cádiz, porque desde allí solo hace falta cruzar el Guadalquivir en barca en unos minutos.
Dentro del inmenso Parque Nacional de Doñana, contamos con decenas de kilómetros de playas salvajes que son únicas y un paraíso de la tranquilidad, alejadas absolutamente del bullicio urbano y sin ningún tipo de edificación, solo la arena, el mar y los seres vivos que viven y campan a sus anchas en este oasis de la naturaleza en todo su esplendor.
Si buscamos bien y en lo profundo de la naturaleza, junto a la desembocadura del Guadalquivir, en el último arenal de la provincia de Huelva, encontramos con la Playa de Malandar.
Ubicada justo al lado de la playa del Inglesito, este precioso arenal tiene una particularidad, y es que aún estando localizada dentro de la provincia de Huelva, la manera más sencilla de llegar a ella es en barca desde la playa de Bajo de Guía, desde Sanlúcar de Barrameda, provincia de Cádiz.
Se podría llegar desde Matalascañas, pero el camino es un tanto largo: Nada más y nada menos que casi 25 kilómetros de trayecto a recorrer para llegar a esta playa natural de Doñana.
El barco gaditano en cuestión para llegar a esta orilla, a través de la conocida popularmente como playa del Coto, es una barcaza que está continuamente cruzando durante el día las aguas entre Bajo de Guía y esta playa onubense de Doñana. Sin ser necesario reservar, no tiene un horario establecido (aunque suele ser de media hora en media hora), y zarpa normalmente dependiendo de la demanda de pasajeros.
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