El paraje natural de Huelva que casi nadie conoce donde viven los buitres más grandes de Europa
Entre montes y riberas, sobrevive la mayor colonia de buitres negros de Andalucía, y una de las más importantes de Europa: Un refugio protegido tan cercano como desconocido en Huelva
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En el norte de la provincia de Huelva, entre sierras, barrancos y dehesas que apenas pisan los visitantes, se esconde uno de los espacios naturales más importantes de Andalucía y, sin embargo, uno de los menos conocidos: el Paraje Natural Sierra Pelada y Rivera del Aserrador.
Este territorio protegido, que se reparte entre Aroche, Cortegana, Almonaster la Real y Rosal de la Frontera, está declarado Zona de Especial Conservación (ZEC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
Sus más de 12.000 hectáreas sirven de hogar a una joya biológica única: La mayor colonia andaluza de buitre negro, una de las más relevantes de Europa.
Un santuario para el buitre negro
El buitre negro, una de las aves más imponentes del continente, ha encontrado en este enclave un refugio idóneo. Su envergadura, que puede alcanzar casi tres metros, y su aspecto oscuro hacen de su vuelo una imagen inconfundible.
En la actualidad, decenas de parejas nidifican cada año en este paraje, una cifra que coloca a Huelva entre los principales bastiones europeos de la especie.
El silencio y la escasa presencia humana han favorecido su expansión, pero el equilibrio es delicado. El uso ilegal de cebos envenenados, la pérdida de hábitat y el ruido en zonas de cría amenazan su futuro. Para protegerlo, se aplican planes de seguimiento y medidas como la instalación de nidos artificiales, la restauración de bosques autóctonos y la restricción temporal de accesos.
Naturaleza intacta y paisajes que impresionan
Más allá de sus aves, el paraje sorprende por la variedad de sus paisajes. Dehesas de encinas y alcornoques, pinares, matorrales mediterráneos y bosques de ribera dibujan un mosaico verde que cambia con cada estación.
Los senderos que recorren el área permiten disfrutar de vistas abiertas al Andévalo y de la tranquilidad de sus riberas. En primavera, los prados se tiñen de flores y es fácil ver planear buitres leonados o cigüeñas negras sobre los barrancos.
Ahora en otoño, el contraste de tonos ocres y verdes convierte el entorno en una estampa de postal.
Un tesoro por descubrir
Lejos del turismo masivo y de los focos, Sierra Pelada y la Rivera del Aserrador representan el lado más puro y silencioso de la naturaleza onubense. Su conservación ha permitido que especies en peligro encuentren aquí una segunda oportunidad.
No es un espacio para las multitudes, sino para quienes buscan autenticidad, naturaleza real y la emoción de observar el vuelo de uno de los gigantes más impresionantes del cielo ibérico.
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