Kelvin de la Nieve, un olímpico enamorado de la gastronomía de Huelva y la Sierra de Aracena
Más allá de los cuadriláteros y los focos olímpicos, Kelvin de la Nieve es un genuino embajador de Huelva, una tierra que lo atraparía para siempre, a través del deporte, la gastronomía y, finalmente, el amor
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Más allá de los cuadriláteros y los focos olímpicos, la vida de Kelvin de la Nieve se ha entrelazado profundamente con la provincia de Huelva, un lugar que es su hogar. Este boxeador, nacido en la República Dominicana, llegó a España acompañando a sus padres por trabajo, sin saber que esta tierra lo atraparía para siempre, primero a través del deporte y luego, a través del amor.
Kelvin de la Nieve no solo se ha convertido en una figura emblemática del boxeo español, uno de los mejores amateur de la historia; con dos participaciones en los Juegos Olímpicos, y un gran palmeres de títulos nacionales, también se convirtió en un genuino embajador de Huelva allí donde el deporte lo llevaba. Su conexión con la provincia es palpable, y se ha nutrido tanto de su desarrollo profesional como de su vida personal. En Huelva conoció a su esposa, Isabel, con quien ha formado una familia, siendo padre de dos hijos.
Entre los rincones de la provincia que más cautivan a este deportista, la Sierra de Aracena y Picos de Aroche ocupa un lugar especial. Kelvin es un visitante asiduo de esta región, donde encuentra la tranquilidad y el disfrute en su naturaleza y, por supuesto, en su gastronomía. Recientemente, su estancia en la zona incluyó una visita al Geomuseo de Aracena, una experiencia que ha querido destacar. "La atención de Elvira y Sonia fue excepcional", afirmó Kelvin, evidenciando su aprecio por el trato humano y la riqueza cultural del lugar.
Asimismo, su predilección por el Hotel Convento de Aracena subraya su gusto por los espacios que combinan historia y confort, reflejando una preferencia por lo auténtico que caracteriza a la provincia.
Cuando se le pregunta por la gastronomía onubense, Kelvin no duda en señalar su plato favorito: la asadura aliñada con un toque de Aove Olibeas. Esta elección revela un profundo conocimiento de la cocina tradicional de Huelva, ya que también dejo ver si pasión por los chocos, las habas o el jamón ibérico, este último siempre le acompañaba en sus citas olímpicas. Sin olvidar el pan de masa madre, nos menciona con una sonrisa, ya que Isabel, su mujer, es propietaria del la panadería Olam en la capital.
Kelvin de la Nieve es mucho más que un deportista. Es un ejemplo de cómo una persona, llegada a una tierra nueva, puede arraigarse y encontrar en ella no solo una carrera, sino un hogar, una familia y un amor incondicional por sus gentes y sus tradiciones. Su historia es un recordatorio de que Huelva es, para muchos, un destino de vida.
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