Eva García, la mujer que dirige la sala del restaurante de Aracena favorito de la Guía Michelin

En Aracena, donde cada rincón parece tener historia y sabor, hay nombres que forman parte del patrimonio de la sierra. Restaurante Montecruz es uno de ellos.

Fundado por Manolo García y Clara Prior, este restaurante emblemático ha sabido mantenerse durante décadas en la vanguardia gastronómica sin perder un ápice de su alma cebollera. Ya brillaban en la Guía Michelin cuando llegó la benjamina del matrimonio, Eva García, quien, años después, regresaría a su tierra para dar un nuevo impulso a la casa familiar, aúnque nunca se fue del todo.

Eva creció entre mesas, aromas y conversaciones de sobremesa que hablaban de productos, de temporadas, de cómo el campo se convierte en plato. Pero su camino, al principio, tomó otro rumbo. Estudió Derecho y trabajó en importantes bufetes de Madrid y otras capitales españolas. Aquel mundo exigente, de leyes y argumentos, le enseñó el valor de la palabra, la precisión y la estrategia. Y quizás sin saberlo, le dio las herramientas con las que hoy construye otro tipo de discurso: el que se cuenta desde la sala de Montecruz.

Porque Eva García es hoy la jefa de sala y responsable de comunicación del restaurante, la cara visible de un proyecto que ha sabido rejuvenecerse sin renunciar a su esencia. Su mirada combina la solidez de la tradición con la agilidad de una nueva generación formada, cosmopolita y orgullosa de sus raíces. Ella representa esa transición silenciosa pero firme entre el legado y la innovación, entre el saber heredado y el talento aprendido.

Su papel no se limita a presentar platos o coordinar reservas: Eva ha sabido convertir la experiencia gastronómica en un relato vivo, donde el comensal se siente parte de una historia que empieza en la dehesa y el castañar pero termina en la mesa. Su tono cercano, su formación jurídica y su dominio de la comunicación hacen que cada detalle, una carta, un gesto, una recomendación, tenga el peso exacto de quien sabe escuchar y transmitir.

Además, es la responsable de la app “Aracena Activa”, un proyecto que refuerza su compromiso con el desarrollo turístico y cultural de la comarca. Una herramienta que conecta visitantes, negocios y experiencias, demostrando que el futuro del turismo rural pasa también por la innovación y la tecnología.

En un sector donde las mujeres siguen conquistando espacios de visibilidad, Eva García encarna la elegancia discreta de quien no busca protagonismo, pero deja huella. Su trabajo, como el de tantas mujeres en la gastronomía, no se mide en aplausos, sino en la armonía con la que todo fluye cuando está presente.

Montecruz sigue siendo un referente, pero con Eva y su hermano Manuel al frente, también es un símbolo de continuidad y renovación. De cómo las raíces pueden crecer hacia el futuro sin romper la tierra que las sostiene