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El desayuno típico onubense que los nutricionistas piden eliminar

El desayuno típico onubense que los nutricionistas piden eliminar

El desayuno típico onubense que los nutricionistas piden eliminar

Si hay algo en lo que todos los onubenses estamos de acuerdo, es que nos gusta comer bien. Nuestra gastronomía nos ofrece un sinfín de posibilidades deliciosas. Y como no nos tomamos a tontería la primera comida del día, nuestros desayunos son variados y muy apetitosos.

Un café o chocolate con churros y porras de patata o de masa, dulces tradicionales de todo tipo, ahora especialmente torrijas, piñonates, pestiños, yemas... O una rica tostada con nuestro inigualable jamón ibérico y AOVE, con mantequilla, con manteca colorá o tomate triturado.

Y el problema que los nutricionistas ven en el desayuno onubense, el típico andaluz que es complicado de encontrar a nuestro gusto al salir de nuestra comunidad. Más concretamente el pan que utilizamos para nuestras deseadas tostadas.

Uno de nuestros desayunos insignes Uno de nuestros desayunos insignes

Uno de nuestros desayunos insignes / Javier Barbancho

Y es que, según ha asegurado para el diario El Español Concepción Martínez, dietista y nutricionista especializada en obesidad, el problema ligado a las tostadas está en la harina refinada, que tiene un alto índice glucémico.

Según la experta nutricionista, en el caso del pan blanco, tiene una harina fabricada con endospermo del cereal, que prescinde del salvado y el germen, una gran fuente de fibra, lo que lo hace menos saciante y entre los que se encuentra la amilopectina que, durante la digestión se convierte en azúcar.

"El consumo de pan blanco, dos o más porciones al día, mostró una asociación directa significativa con el riesgo de sobrepeso u obesidad", revelan científicos del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra en una investigación publicada en la revista BMC Public Health.

El zumo de naranja, tampoco El zumo de naranja, tampoco

El zumo de naranja, tampoco

Un bonus, para los que gusten de tomarse un zumo de naranja de buena mañana, también hay malas noticias, pues aseguran que "se trata del alimento que más fama de saludable tiene y a la vez el menos recomendado".

Y la razón no es otra que su alto contenido en azúcar, que aunque no la lleva añadida, al carecer de la fibra de la fruta se convierte, según los nutricionistas, en poco más de agua con azúcar y sabor, casi como un refresco. Su consumo puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas, como la obesidad y la diabetes tipo 2.