La aldea de Huelva que celebra una matanza sin sangre
Un bello rincón serrano donde la tradición y la comunidad se dan la mano en una celebración única en España
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En las profundidades de la sierra onubense, donde el tiempo va a otro ritmo, la aldea de Calabazares, en Almonaster la Real, celebra una tradición única: La Matanza Vegetal.
Lejos de las matanzas convencionales, esta festividad rinde homenaje al tomate rosa, un producto emblemático de la zona, y a las costumbres hortelanas que han perdurado a lo largo de los años.
Una tradición iniciada en el año 2003, como proyecto sostenible en el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, y creado por el antropólogo Pedro Cantero y el productor de mermeladas ecológicas, Balduino Hernández, y con el firme objetivo de poner en valor e impulsar los cultivos ecológicos de la huerta tradicional de esta aldea de Almonaster la Real.
Un tomate que es historia
El tomate rosa de Calabazares es mucho más que una hortaliza, es un símbolo de identidad. Con su piel gruesa, su pulpa jugosa y su sabor intenso, este tomate puede alcanzar hasta 2,5 kilos de peso.
Su cultivo requiere paciencia y dedicación, y su recolección marca el inicio de la festividad. Durante la Matanza Vegetal, los vecinos se agrupan para pelar, triturar y conservar los tomates, creando conservas que permitirán disfrutar de su sabor durante todo el año.
Una fiesta de tradición y comunidad
La Matanza Vegetal, sin otra sangre que la de la huerta, no es solo una actividad agrícola, es una celebración comunitaria que reúne a vecinos y visitantes en torno a la huerta. A finales del mes de julio, la aldea se llena de vida con actividades como visitas a las huertas, demostraciones de sistemas de riego, talleres, exposiciones y un mercado ecológico.
Los platos típicos, como el gazpacho y el pisto, elaborados con el preciado tomate rosa, son degustados por todos los asistentes, quienes disfrutan de la gastronomía local en un ambiente festivo y acogedor.
Un rincón serrano con mucho encanto
Calabazares, con sus calles empedradas y casas blancas, ofrece un paisaje que invita a la contemplación. La aldea, rodeada de naturaleza y tradición, es el escenario perfecto para esta festividad que celebra la conexión entre el hombre y la tierra.
La Matanza Vegetal es una oportunidad para sumergirse en una experiencia sensorial única, donde los aromas, colores y sabores transportan a tiempos pasados, manteniendo viva la esencia de la Sierra de Aracena.
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