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¿Sabías que la Virgen del Rocío luce tallada en un árbol histórico de camino a la aldea?

La historia ha trascendido generación tras generación en Hinojos respecto al nombre del Pino de los Mil Duros, que no es tan longeva como el propio árbol, cercano a los 300. En este caso se remonta al segundo cuarto del siglo XX. Cuenta en la población condal que hay que retroceder hasta el año 1934, cuando la Hermandad del Rocío de Hinojos expresa su deseo de construir una Casa de Hermandad en la aldea almonteña y sustituirla por la choza que ya tenía entonces en la calle Sanlúcar.

Durante la peregrinación de dicho año, la Hermandad hizo una parada en el paraje La Matanza, donde se ubica este pino, y bajo su sombra, un invitado de la familia Martín de Oliva, Lorenzo El Valenciano, decidió donar las primeras cinco mil pesetas para iniciar la construcción de la Casa de la Hermandad hinojera en el Rocío.

Desde entonces, cada vez que se sestea en este lugar durante la peregrinación a la aldea se hace referencia a dicha vivencia, motivo por el que el pino adopta este apodo, convirtiéndose en su propio nombre a lo largo de los años.

En la próxima peregrinación al encuentro de la Virgen del Rocío los fieles rocieros echarán en falta su verdor en el cobijo de su sombra. Pero la historia del nombre y el recuerdo de su porte serán recordados seguramente por varios siglos más.

Tras la muerte del pino  se ha decidido tallar en su tronco y en el mismo lugar una imagen de la Virgen del Rocío.

Una magnífica escultura realizada con una motosierra por él escultor gallego Eugenio Linares sobre el tronco del emblemático Pino de los mil Duros.

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