Algo se muere en el alma...

El club tuvo un difícil 'parto' en el verano del 96, fue el primer campeón de la LEB, saboreó las mieles de la ACB, sufrió un descenso que no se consumó y en el verano de 2008 se encamina a la desaparición

El Palacio de los Deportes, la 'casa' del Ciudad de Huelva desde su creación, se queda por ahora ahora huérfano de baloncesto de primer nivel tras la desaparición del equipo.
Manuel S. Núñez / Huelva

13 de julio 2008 - 05:02

El Club Baloncesto Huelva nace de la mano de Luis Ricca Hierro en el verano de 1996 al mismo tiempo que la liga LEB (de la que fue uno de sus impulsores), y deja de existir 12 años más tarde, siendo el máximo exponente del baloncesto de calidad en nuestra ciudad, ya que 'vivió' 11 años en la categoría de plata del baloncesto nacional y una en la cumbre que representa la Liga ACB.

Los inicios no fueron precisamente alentadores. El listón quedó muy alto la temporada anterior cuando El Monte Huelva (con Ray Smith en sus filas) quedó 3º en la liga y no pudo consumar el ascenso en la fase final de Lugo.

Entonces se produjo una reestructuración a nivel nacional (nace la LEB, y la Liga EBA se mantuvo, pero perdió nivel) y la Federación Española, en principio, dejó fuera de la LEB al club onubense.

El 5 de junio unas 4.000 personas se manifiestan en Huelva exigiendo una plaza en la nueva categoría, y poco después el club recibe una invitación, dado que se producen vacantes. Pero a mitad de agosto la situación es crítica, con el club al borde de la desaparición. Las gestiones se suceden contrarreloj y el 27 de agosto El Monte concede un crédito que permite la entrada en la LEB.

El 30 de agosto la junta de accionistas del Club Baloncesto Huelva logró cubrir la conversión en Sociedad Anónima Deportiva con un capital de 10 millones de las antiguas pesetas, empezando así una nueva era.

Todos los problemas burocráticos, las dificultades económicas y las prisas para confeccionar la plantilla no invitaban precisamente al optimismo, pero el rendimiento del equipo, ya presidido por Manuel Felipe Pérez, fue sobresaliente, y contra todo pronóstico el CB Huelva logró su primer y único ascenso a la Liga ACB el 20 de mayo de 1997, al derrotar al Andorra en el quinto y definitivo partido disputado en un Andrés Estrada que se quedó pequeño. El conjunto que entrenaba Sergio Valdeolmillos puso la guinda a su exitoso año al proclamarse campeón de la LEB tras derrotar al Cantabria a partido único.

El ascenso a la máxima categoría supuso un salto enorme a todos los niveles. El club necesitó un aval de 400 millones de pesetas (aparte del presupuesto) para entrar en el selecto club de la ACB, y los logró gracias al apoyo del Ayuntamiento. Ese hito en el baloncesto provincial también permitió que se construyese el Palacio de los Deportes (era obligatorio contar con un pabellón de al menos 5.000 espectadores), que se convirtió en el nuevo 'hogar' del equipo.

La temporada resultó decepcionante: el CB Huelva tuvo que jugar sus dos primeros partidos como local en Sevilla, se cambió de entrenador, de americanos, de presidente … pero al final no se pudo evitar el descenso, cayendo de forma dramática en el quinto partido en Granada (3-2). Ese año trajo consigo un notable incremento de la deuda, permanente caballo de batalla del club.

El retorno a la LEB 'obligó' a confeccionar un proyecto ganador con la idea de volver a la elite, pero de nuevo la decepción se apoderó del club: una plantilla con muchas 'figuras', hasta tres entrenadores (todo un récord) y malos resultados deportivos.

En la temporada 1999/2000, de la mano de Prudencio Serrano, el club apostó 'de verdad' por rebajar una deuda que empezaba a tomar graves dimensiones; aprovechando que ese año no había descensos se confeccionó una plantilla de bajo coste y con una notable apuesta por los jugadores de la casa. Además, ese año el club contó con su único entrenador onubense en 12 años, Salvi Quintero, que tomó el relevo de Bill McCammon a mitad de Liga.

Los dos años siguientes despertaron de nuevo la ilusión; en ambos el CB Huelva fue 6º en la Liga y perdió en el primer play off, pero el baloncesto se mantenía vivo entre los aficionados.

En la 2002/03 comenzó el ciclo de Francisco Bayo, el último presidente de la entidad. En el primer año el CB Huelva vivió de nuevo un descenso (el primero fue desde la ACB), pero no se consumó gracias al trabajo en los despachos.

El año siguiente fue un 'aperitivo' de lo que llegaría en la 2004/05; de la mano de Joaquín Costa, el CB Huelva estuvo más cerca que nunca de regresar de nuevo al olimpo de la ACB; lo tuvo en su mano, cuando dominaba la eliminatoria decisiva ante Fuenlabrada por 2-1 y jugó en el Palacio de los Deportes (que registró la mejor entrada de su historia); ese 26 de mayo de 2005 marcó un antes y un después, pero la suerte le dio la espalda al CB Huelva, que vio cómo Fuenlabrada remontaba la eliminatoria (3-2).

La campaña siguiente, al igual que sucedió en la 98/99, se apostó por un proyecto ganador para dar ese paso que faltaba, pero de nuevo terminó en fracaso, y un equipo llamado a luchar por el ascenso acabó logrando la permanencia a duras penas tras superar al Calpe con autoridad.

En las dos últimas temporadas los problemas económicos se hicieron más latente, afectando de lleno en lo deportivo. En diciembre de 2007 Francisco Bayo presentó su dimisión (luego tuvo que dar marcha atrás) y un equipo fichado a golpe de talonario con grandes jugadores se fue descomponiendo poco a poco hasta acabar siendo una caricatura.

La 'bomba' estalló el 7 de abril de 2008, ese día se aprobó en asamblea la disolución de la entidad, iniciándose así una lenta agonía para el CB Huelva SAD. Los dos principales patrocinadores, Ayuntamiento y Cajasol, le dieron la espalda al club, y una pesada losa (en forma de 3,2 millones de deuda) llevó al club a una situación insostenible, renunciando a su plaza en la LEB, un paso más hacia su desaparición. Como se suele decir, fue bonito mientras duró, aunque sólo fueron 12 años.

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