Ya mira hacia arriba (2-0)
Un gran Chuli lidera un triunfo albiazul que permite a los onubenses tener de nuevo la promoción en el horizonte. El delantero abrió el marcador y luego dio la asistencia del segundo gol a Alexander.
A un partido. De nuevo una ventaja casi tan simbólica como ilusionante. La suficiente como afrontar un hipotético final de la temporada el próximo sábado en Murcia con la posibilidad real de jugar de la promoción de ascenso. No es el Recre un equipo que maraville ni deslumbre. Hace ya algunas semanas que fue dejando en la cuneta buena parte de sus oropeles para volverse más práctico, más firme y más efectivo. Sin renunciar a su sello, pero siendo mucho más pragmático. Así se comprende que de nuevo fuese a la contra, con los puñales que tiene por las bandas y en fulgurantes acciones a los espacios como desarboló a su oponente.
El miedo a instalarse en la anodina tierra de nadie sigue presente. Tiene un mes de febrero clave el Decano para decidir su verdadero objetivo de la temporada. Se va a medir a rivales de esa misma zona. El Numancia, el Murcia o el Lugo deambulan por ese mismo espacio. El riesgo es descolgarse definitivamente. Cuando se produzca el corte, quienes estén entre los diez primeros a falta de un tercio de campeonato serán los que se peleen por las cuatro plazas. El Recre frente a los sorianos demostró que en casa tiene suficientes argumentos para ello. Le faltó concretar como visitante para ser un candidato firme. Está en ello. El Numancia sufrió en sus carnes el letal contragolpe recreativista. Cuando uno tiene sobre el campo a Chuli, Alexander y les suma a Arana, resulta casi obligatorio utilizar la velocidad como elemento de desequilibrio. Más que al toque, el Decano se impuso a los sorianos gracias a dos virtudes: efectividad y verticalidad. Son las dos características que definen al jugador sobre el que sustenta Sergi Barjuan su fórmula. Chuli no para de sorprender. Una docena de tantos en su haber. Pelea de igual a igual como los máximos goleadores del campeonato y no parece tener techo. Lo mismo abre el marcador que asiste para cerrarlo. Es un lujo que el Recre está obligado a retener a cualquier precio. Así lo hizo en el mercado invernal y tendrá que volver a hacerlo cuando llegue el verano. Si el proyecto quiere ser realmente ambicioso tiene en el onubense uno de los puntales sobre los que crecer.
El conjunto albiazul firmó frente al Numancia el choque más próximo al prototipo de la categoría de cuantos lleva acumulados. Fue un duelo incierto en el control. Disputado y aguerrido por momentos. Con tensión, pero deportivo. No hubo grandes acciones, aunque sí mucha pelea por parte de los contendientes. No fue fácil tener la posesión del esférico ni hacerlo circular con precisión. La presión de los sorianos impidió al Recre aplicar su doctrina oficial, lo cual casi fue una ventaja porque lo forzó a recurrir a esas salidas rápidas al contragolpe que le aportan más beneficios que el toque.
Las mejores acciones albiazules terminaron en la frontal. Disparos lejanos de Jonathan Valle o Arana no fueron suficientes ante el entramado visitante en la primera mitad. No hubo mucho más. También es cierto que los de Machín no encontraron facilidades para acercarse al atento Cabrero.
A Sergi no le gustan estos duelos. No quiere dejar cabos sueltos. Con el balón se tiene el control del choque, si bien no siempre se traduce en el dominio de la situación. No obstante, el paso de los minutos hizo que los sorianos cedieran espacios, el partido se abriese y cada vez fuese un encuentro más largo. La Liga está demostrando que en duelos de desgaste, al final los albiazules suelen salir beneficiados cuando sus oponentes acaban por descubrirse. Cuando el Numancia adelantó su línea de presión firmó su sentencia de muerte. Con metros a la espalda de sus defensores el ataque recreativista tendría más posibilidades. Es la trampa habitual. El Recre tiene la vitola de equipo de toque. Sus oponentes así lo consideran y en ocasiones son víctimas de estos prejuicios. El rival que lo espera y le obliga a hacerlo de verdad se encuentra más cómodo que aquel que opta por ir a contrarrestarlo, como el Numancia. La presión genera espacios atrás en los que aparecen Chuli, Alexander, Arana...
Dos zarpazos de estos fueron suficientes. Una buena contra la culminó Arana en una estrepitosa salida del portero. Le picó el balón por encima a Herrerín. Chuli apareció por el área para garantizar que el balón iba dentro (66'). Con el Numancia desesperado, descolocado y el tiempo cumplido sentenció Alexander. De nuevo apareció Chuli. Dio la asistencia con generosidad para el segundo. La misma que le había faltado antes a Alexander con Berrocal para haber liquidado el encuentro.
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