España hizo historia hace apenas unos días al colocar a dos de sus tenistas en lo más alto del ránking mundial de la ATP. Carlos Alcaraz es el número uno y Nadal lo escolta. Parece el escenario ideal del natural relevo generacional entre la estrella emergente y la leyenda en el ocaso de su carrera. Pero hay un lazo en común que los une con Huelva. Y es que los dos en el inicio de su fulgurante carrera pisaron la tierra batida del Real Club Recreativo de Tenis de Huelva. La pista onubense es talisman para los más grandes como Carlos Moyá, Costa, Bruguera, Corretja o Emilio Sánchez Vicario.

Alcaraz con su triunfo en el US Open se convirtió en el más joven de la historia en ser número uno del mundo.  La derrota de Casper Ruud en cuartos de final del torneo de Seúl, de categoría ATP 250, frente a Yoshihito Nishioka (2-6, 6-3 y 2-6) permitió a Nadal ascender a la segunda plaza. Una situación extraordinaria que no se vivía desde hacía 22 años. Entonces dos nombres míticos compartían la cima del tenis mundial: Andrea Agassi y Pete Sampras. 

Rafa Nadal pasó por Huelva en 1995, como Alcaraz, el año de su exitosa entrada en el circuito internacional, tras ganar en Rolad Garros. Lo que siguió después de ese año, en el que llegó a Huelva como número 2 mundial, es ya historia del tenis.

Alcaraz lleva algo más de un año avisando de su irrupción en lo más alto, aunque ha sido este 2022 el de su explosión, que le ha llevado a ganar su primer Grand Slam y acceder a lo más alto del ranking internacional. Ningún otro jugador lo había logrado antes a su edad, a los 19 años. Y a primeros de verano estuvo en Huelva, donde no ganó la centenaria copa donada por Alfonso XIII, tras caer en la final con el malagueño Alejandro Davidovich. Pero de algún modo, jugar la Copa del Rey en la capital onubense suele corresponderse con los mayores éxitos de los tenistas que integran su cartel.