La gloria ya no se puede escapar
Almería - recreativo (2-0)
Salvo los primeros minutos, el Decano avasalló a su rival en la primera parte - La inferioridad numérica hizo del segundo tramo un monólogo eterno de los almerienses





No se puede escapar. El Recreativo debe estar la próxima temporada en Primera División. Debe estarlo porque demostró en Almería que lo merece, que tiene plantilla para ello y que forma un bloque al que no se le puede negar el má mínimo esfuerzo. No era fácil la faena para los onubenses. Tenían que ganar donde no lo había hecho nadie en 2008 y hacerlo frente a la revelación del campeonato que, por otra parte, demostró en muchas facetas del choque que al menos algunos de sus futbolistas tenían mucho interés en el triunfo. Se quedaron con las ganas.
Tuvieron delante a un rival consciente de lo mucho que se jugaba y que no dejó escapar la oportunidad de cumplir con la primera parte de la faena. Como si de una eliminatoria a doble vuelta se tratase, venció en la ida y ahora simplemente debe resolver en la vuelta con los suyos alentando como lo hicieron los valientes que se desplazaron hasta Almería.
En una jornada de transistores y uñas era inevitable no ser víctima de la tensión propia de quien se juega tanto en su campo como en los ajenos. El Recre dependía de sí mismo. Podía ser matemáticamente equipo de Primera División una temporada más si se daba el marcador adecuado en Pamplona. Pero casi sin comenzar a rodar el balón se vio en Segunda.
El Recreativo se olvidó de pronto de la ventaja de depender de sí mismo y por momentos se dejó arrastrar por el pesimismo. Las excesivas ganas de llegar a la portería de Diego Alves fueron contraproducentes para un conjunto que realmente seguía igual que antes de comenzar.
El cuarto de hora que tardaron los de Zambrano en darse cuenta de esta circunstancia fue eterna. El Almería no llegó con peligro a la meta de Sorrentino, mientras el Recreativo se mostró noqueado anímicamente.
El despertar onubense llegó de las botas de un hombre que tuvo que formar parte del once por las circunstancias y que se marcó un verdadero partidazo. Varela se marchó de tres defensores almerienses cuando peor estaba las cosas y lanzó ajustado al palo, encontrándose con Alves. Fue el resorte necesario para destapar al mejor Recre. El necesario.
Marco Ruben la tuvo de nuevo al saque del córner que vino en consecuencia. Aún no había madurado lo suficiente el partido como para recoger un fruto que iba a tener acento onubense. En pleno recital de fútbol visitante, una acción trenzada con la exquisitez impropia de quien se juega tanto la culminó Jesús Vázquez tras pasar por los pies de Sinama y Camuñas. Ya estaba hecho.
Dio comienzo un recital de fútbol similar al que el miércoles debió traducirse en algo diferente a la derrota con el Villarreal. El balón desapareció de las botas de los locales, meros espectadores de un conjunto crecido, con confianza y que demostró la solvencia propia de un grande. Línea por línea, rozó la perfeción. Restaba sentenciar el encuentro. Y lo iba a hacer el hombre gol del Decano. Sinama prometió durante los días previos otra imagen y otra actitud. La respuesta simplemente espectacular. El francés demostró que está un escalón por encima de la permanencia. A tres minutos para el descanso recogió un pase de Marco Ruben a la espalda de los defensores y sin dejarla caer la empalmó al fondo de la portería de Alves. Visto para sentencia.
La expulsión de Iago al borde del ecuador convirtió lo que podía ser un plácido paseo en la segunda parte en un sufrimiento interminable de 45 minutos en los que el Decano tuvo que sacar su casta, su coraje y todo el pundonor para aguantar ante el motivado Almería. Ningún incentivo pudo más que ver la gloria tan cerca. Sorrentino se empleó a fondo en varias ocasiones para impedir lo que no se podía escapar.
Ahora sólo queda un paso, el más corto, para cubrir el camino más largo, el que conduce a la historia y pasa por ganar al Valladolid.
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