A La Palma le va la marcha. Se siente cómodo cuando tiene enfrente a equipos de la nobleza, esos que aspiran a todo. Sin embargo, cuando se ha medido a conjuntos de su Liga, los que tienen como objetivo la salvación, entonces, el equipo de Nacho Molina, asoma incomodidades. Simplemente porque los que se abren, los que salen a jugar a campo abierto, le va mejor al pensamiento y al estilo que implanta el técnico sevillano. Por algo tiene la plantilla llena de violinistas, de excelentes tratadores de la pelota. Por eso le ganó al Ciudad de Lucena, le sacó colores al Xerez CD y no debió perder en Puentes Genil aparte de saca tajada ante el Córdoba B, por poner unos ejemplos.

Asoma el Ceuta B, sexto clasificado con 20 puntos y hay quien se frota las manos. Los ceutíes son un equipo que no se atrincheran, que tienen gusto por salir a campo abierto y eso ofrece espacios que puede aprovechar La Palma. Eso por una parte. Pero hay más y las exposiciones que restan no son del todo halagüeñas. Por algo se escribe la historia aunque hay quien mantiene que las estadísticas, aparte de para mirarlas, están para romperlas.

A La Palma, casi como al resto de equipos de Huelva que visitan tierras norteafricanas, casi siempre le ha ido mal. El largo trayecto, el barco, los árbitros, cómo se lo toman ellos cuando juegan en casa. Mil cuestiones, puestos a buscar explicaciones de lo que ha pasado casi siempre. En fin.

Para colmo, a este tiempo y hora, la competición ya le pasa factura al conjunto condal en forma de bajas. A la cortedad de la plantilla se une las tarjetas, las lesiones y demás imponderables que, o superas, o te afliges. La defensa está tiritando con las bajas por tarjetas de Andrés Pavón y Navarro, con Carlos Martínez en la duda si estará o no. Como ven, Nacho Molina tendrá que inventarse centrales. Palabras mayores.

El Ceuta B es una especie de filial atípico. Igual mezcla veteranos que jóvenes porque su cometido, aparte de formar, es sacar resultados a la par que lo primero. Además, en casa sin pestañean, son continuos en los esfuerzos y para ellos, al amparo de su guarida, hasta el rabo todo es toro. Por eso, La Palma, sin no quiere venirse de vacío, tendrá que ponerse a la par en todo eso. Luego, si el partido y el rival lo permite, podrá pensar en asaltos de otra envergadura.

El caso es que ahora mismo La Palma está por encima en sensaciones con respecto a los resultados. Todo el mundo echa flores a su juego pero anda más cerca de la preocupación clasificatoria que de la gloria bendita. Es cuestión de ratificar con resultados las bondades que expresa. Ceuta es una plaza tan peculiar como complicada. Pero si algo ha distinguido a los condales hasta llegar aquí es que nunca han expresado miedo por nada.