De las críticas a los elogios..., el fútbol
Si el fútbol es una montaña rusa, nadie lo sabe mejor que el técnico del Barcelona, Luis Enrique, quien en poco más de dos semanas ha pasado de estar seriamente discutido a ganar múltiples adeptos a su causa.
El momento crítico llegó el 4 de enero. Entonces, el Barcelona perdió 1-0 ante la Real Sociedad y desperdició la oportunidad de quitarle el liderato de la Liga al Real Madrid. Cayó con Lionel Messi y Neymar en el banquillo, y comenzó el aluvión de críticas y rumores.
La derrota tuvo varias consecuencias visibles: el presidente del club, Josep María Bartomeu, destituyó al director deportivo, Andoni Zubizarreta, y poco después anunció el adelanto de elecciones para final de temporada.
No sólo eso, sino que la suplencia de Messi en Anoeta disparó los rumores sobre una eventual mala relación entre el astro argentino y Luis Enrique. La ausencia del crack argentino en un entrenamiento con público por una oportuna gastroenteritis contribuyó decisivamente a alimentar las especulaciones.
Luis Enrique tenía la espada de Damocles sobre su cabeza. Junto al conflicto con Messi, los analistas criticaron duramente sus métodos de trabajo y sus alineaciones, marcadas por las rotaciones. Además, el técnico mostró pocas dotes diplomáticas ante los medios. Cada rueda de prensa fue una pesadilla para el entrenador.
Pero todo cambió el 11 de enero: en el momento cumbre del terremoto, el Atlético de Madrid llegaba al Camp Nou. Un día antes, a Luis Enrique le preguntaron en rueda de prensa: "¿Teme por su cargo?". Y es que muchos periodistas auguraban su destitución en caso de derrota.
El Barcelona ofreció su mejor partido de la temporada para ganar 3-1 al Atlético con un Messi estelar. Después venció 0-4 al Deportivo de la Coruña, con un triplete (hat-trick) del astro argentino, y el miércoles volvió a superar al Atlético de Madrid, esta vez con un trabajado triunfo por 1-0 en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey.
"El plan enamora", aseguró ayer el diario Mundo Deportivo. Y añadió: "El Barça ya sabe a qué juega, Luis Enrique tiene un plan seductor y un once titular indiscutible, Messi presiona desde el primer minuto y vuelve a tener sangre en los ojos, la actitud colectiva es ejemplar y los automatismos funcionan".
El diario Sport opinó: "Atacan con verticalidad y rapidez, los jugadores mantienen la intensidad durante los noventa minutos y el equipo se mantiene concentrado hasta el final".
Luis Enrique abandonó sus rotaciones y ha alineado al mismo equipo durante tres partidos seguidos, con un único cambio en la portería. Corrigió su idea original y resultó, de forma que enseñó un equipo reconocible que asimiló automatismos.
Ahora sólo falta por comprobar si los resultados y la imagen continúan acompañando, como necesita Luis Enrique. Por lo pronto, el técnico azulgrana recuperó todo el crédito que hace menos de 20 días había perdido.
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