La afición protesta de espaldas

RECREATIVO | VALLADOLID

La pasividad de los jugadores del Decano en el terreno de juego sacó los abucheos del público Los cánticos de la grada de animación fueron sustituidos por duras críticas al plantel

1. Algunos aficionados gritan y abuchean "esa camiseta no la merecéis" a los jugadores en su salida hacia el túnel de vestuarios del Nuevo Colombino. 2. El albiazul Pedro Ríos aplaude entre lágrimas a la grada al término del partido. 3. Braulio, que fue uno de los más cuestionados a gritos con sorna de "Braulio selección", con un jugador rival. 4. El jugador Braulio es sustituido y se dirige al banquillo de la mano del técnico portugués José Dominguez 5. Un total de 3.679 espectadores ocupaban las butacas del estadio Nuevo Colombino, aunque a medida que pasaban los minutos la grada se fue vaciando por el determinante resultado que había en el marcador.
D. Ramos Huelva

10 de mayo 2015 - 05:02

Hay personas que no dejan de insistir. Aunque la situación se torne de gris, incluso de negro, bien saben que la persistencia es la clave del éxito. Y se amarran sus bufandas un fin de semana más.

El Nuevo Colombino presentó una escasa entrada. Solo a los que les corre por las venas sangre albiazul decidieron invertir la calurosa y agradable tarde de domingo en ir a ver al Decano. Aunque supieran de antemano que el sufrimiento era inevitable. Esperanza y fe ciega que sienten aquellos que cada fin de semana se dejan cuerpo y alma en animar al Recreativo. Dedicación, pasión y entrega a unos colores que no merece ser pagada con la desidia que pudo verse ayer en el césped. El espectáculo se repetía una vez más.

Un total de 3.679 personas ocuparon sus asientos. La pregunta de cómo iban el resto de partidos de Segunda División era la más repetida entre los aficionados. Y es que hacer cuentas es inevitable. Aún sabiendo que la debacle que se avecinaba era inminente.

La plantilla albiazul salió al campo con fuerza. Una efímera garra que duró hasta el primer gol rival. A partir de ese momento, el Colombino se apagó por completo. Tanto jugadores como afición. Los cánticos incansables de la grada de animación fueron sustituidos por un silencio desolador que dejaban oír los gritos y abucheos de aficionados particulares. Otros dos goles que fueron como cuchilladas, que provocó la rabia e indignación del público que por primera vez le dio la espalda a unos jugadores "que no merecen esa camiseta".

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