El zar Andrey Rublev reina en Huelva. El moscovita se ha adjudicado la 98 Copa del Rey de Tenis al vencer en un equilibrado partido, que se alargó durante 91 minutos, por 6-3 y 7-6 a Borna Coric. Un break en el cuarto juego del primer set y un gran tie-break en el segundo fueron las claves del triunfo del ruso, que en líneas generales fue mejor que su rival sobre la tierra batida del Real Club de Tenis.

Andrey Rublev (7 ATP) y Borna Coric (14 ATP). Frente a frente, dos excelentes raquetas en una calurosa tarde, con unas instalaciones repletas de aficionados y con ganas de buen tenis, que antes del inicio del partido rindieron tributo a Manuel del Pino Bueno, una persona muy querida en un club al que estuvo ligado durante más de 30 años. Se guardó un respetuoso minuto de silencio, por su fallecimiento hace unos días, que dio paso a la acción...

El partido lo abrió el moscovita ganando su servicio no sin apuros y Coric respondió de idéntica forma, sacó adelante un juego muy disputado (1-1), luego, el ruso cometió menos errores, aunque sufrió, fue capaz de conservar su saque, de lograr un break para colocarse 3-1 y meter la directa.

Con ese marcador a favor de Rublev, éste confirmó el break con su saque, que a su vez conservó Coric en el sexto juego de un partido que nada cambió hasta su desenlace. Eso sí, Coric vendió cara su derrota en esta manga al colocarse 0-40 en el noveno juego (5-3) y acariciar el break.

Fue entonces cuando surgió un excelente Rublev que amparado en su saque equilibró la balanza (40-40). No cedió de todos modos Coric, que volvió a tener otra bola de rotura de servicio, pero de nuevo el moscovita no dio tregua y con su saque y un golpe de derecha demoledor cerró el set por 6-3.

En 42 minutos, se resolvió la primera manga de una final que no defraudaba ni mucho menos. Ambos jugadores demostraban su nivel y los motivos por los que están logrando buenos resultados esta temporada.

Con emoción, el segundo set también arrancó con máxima igualdad, con intercambio de buenos golpes y también algunos errores no forzados. Ni Coric ni Rublev cedían y se plantaron en la mitad de la manga (4-4). Los servicios fueron solventes y decisivos para que el equilibrio se mantuviera sobre la pista.

Los juegos finales llevaron también la firma de la igualdad, 5-5, 6-6 y tie-break con un Rublev con molestias en la ingle que no le impidieron exhibir lo mejor de su tenis, con saques ganadores y derechas increibles. Así, encarriló la muerte súbita con un apabullante 5-0. El moscovita tenía ganas de cerrar el encuentro cuanto antes y con 6-1 aprovechó la primera de las cinco bolas de partido con un passing magistral (7-1). La Copa del Rey era suya.