"Quiero volver al Rally Dakar el año que viene"

El piloto de Lucena del Puerto, tras sus grandes resultados de la última edición, busca patrocinadores para competir con más garantías en la próxima · Su presupuesto rondó los 100.00 €

Javier Álvarez De Miranda / Huelva

03 de febrero 2010 - 05:02

El piloto de Lucena del Puerto Manuel Borrero Gómez confía en poder competir de nuevo el próximo año en el Rally Dakar. Formando parte del equipo onubense Lince Raid, compuesto también por su hermano Jesús (en funciones de navegante) y del palermo Juan José Caamaño (copiloto), logró acabar con éxito en la edición de 2010, celebrada recientemente en Argentina y Chile. Ayer ofreció una rueda de prensa en la sede de la Federación Onubense de Empresarios (FOE) en la que mostró su intención de participar de nuevo en el Dakar, para lo que busca apoyos.

Con un camión Man T4 serie 6x6 con tracción a las seis ruedas, el Lince Raid mejoró sus registros en el rally más duro del mundo. Simplemente el acabar la prueba tras recorrer más de 8.600 kilómetros ya es una proeza, pero ésta se magnifica más si se tiene en cuenta que lo hizo en la undécima plaza de la general de camiones (mejorando la decimosexta de 2009), mezclado con los prototipos, terminando segundo en la categoría de camiones de serie y también segundo en la de 6x6. Sólo fue superado en estas dos últimas por el equipo Epsilon de Jordi Juvanteny, José Luis Criado y Fina Román.

- ¿Está satisfecho de esta nueva experiencia en el Dakar?

- De los 60 camiones que comenzamos la carrera sólo acabamos la mitad. La verdad es que casi ni me lo creo.

-En las primeras jornadas tuvieron una serie de problemas mecánicos que lastraron el rendimiento del equipo. En concreto, una con el sistema de inyección y otra con el de inflado automático de las ruedas.

-La carrera la tuvimos marcada hasta la sexta etapa por una avería en la conducción del gasoil desde el depósito al motor y también por un problema en el sistema de hinchado. Por la primera, hasta que descubrimos cuál era el problema, estuvimos faltos de potencia, con la mitad de los caballos aproximadamente. El camión no pasaba de las 1.500 vueltas y aun así pudimos cubrir las etapas, pasar las dunas que había, hasta que por fin una noche arreglamos el problema. A partir de entonces la cosa cambió, ya todo fue mucho mejor y empezamos a remontar posiciones.

-¿Y el problema con las ruedas?

Ya en la segunda etapa tuvimos una rueda reventada. Íbamos aproximadamente en el puesto 20 y perdimos unos 17 minutos por lo que creíamos que era un pinchazo. El problema era que había una raja en el sistema de hinchado y se vaciaba. Al día siguiente perdimos hasta un neumático en el camino, dando con la llanta en el suelo. Cambiamos el neumático, y otra vez un pinchazo en la misma rueda. Bueno, pinchazo no, es que se vaciaba porque el camión trabajaba con baja temperatura y la rueda reventaba. Ese día también teníamos dunas, nos quedamos sin ruedas de repuesto, y menos mal que la providencial actuación del equipo de Gonzalo Asurmendi, que nos prestó una llanta de repuesto, nos permitió seguir.

- Fue su ángel de la guarda.

- En esta vida quien siembra recoge. Hace tiempo, en el Dakar de Hungría y Rumanía, a él le pasó lo mismo y le tuve que dejar un aro y la escaleta. En ese momento yo le hice un gran favor y él en éste me lo devolvió. Lo que sucedió es que decidimos ir toda la etapa detrás suya, a su ritmo, porque él también tenía problemas, con el fin de, en el caso necesario, devolverle la rueda prestada. Eso hizo que en vez de echar unas seis horas en la etapa, como la mayoría, acabamos en diez y además la organización nos puso una penalización de tres horas más. Así quedamos muy rezagados, en cola de la general. Al día siguiente, que también teníamos dunas, hicimos la etapa sin potencia pero acabamos. En la quinta al fin se solucionó el problema y en la sexta acabamos en el puesto 17 y nos pusimos los 24 de la general. A partir de ahí fuimos remontando posiciones. En la etapa previa al descanso llegamos por primera vez entre los diez primeros (octavos), bajando hasta el puesto quince de la general y desde entonces se fueron sucediendo los buenos resultados. En la undécima etapa acabamos sextos, en las dos siguientes decidimos no forzar para conservar la mecánica porque vi que el que iba por delante en la clasificación lo tenía a dos horas y el de atrás también a mucho tiempo. Era preferible no ir rápido para evitar problemas. En la última etapa, la catorce, que me venía muy bien por mis cualidades de conducción, las características del camión y del terreno, hicimos un séptimo puesto.

- En definitiva, que una vez solucionados los problemas mecánicos las cosas funcionaron.

-Desde la mitad de la carrera, a partir de que arreglamos el camión estuvimos compitiendo con la élite mundial, con vehículos que nada tienen que ver con el nuestro, mucho más potentes, y con un presupuesto mucho mayor.

-¿Cuál fue el peor momento de la carrera?

- Cuando rompimos la llanta porque veíamos que la cosa estaba muy complicada. Antes de que nos dejaran la rueda ya estábamos buscando un sistema alternativo para atar el eje al chasis con unas cadenas que llevábamos porque mi camión tiene tres ejes, y pensábamos en ir despacio para poder completar la etapa.

- ¿Y el mejor?

-En la séptima etapa, cuando vimos que una vez recuperados y con el motor en condiciones acabamos octavos. El hinchado no ha ido bien en toda la carrera y al final decidimos cortarlo para que no nos vaciara los neumáticos y dejábamos la presión según queríamos. Esa etapa fue la más larga del rally, con una especial de 600 kilómetros. Salíamos por la mañana y los participantes teníamos hasta el día siguiente por la tarde para terminar. Y nosotros la completamos sin problemas. Es más, ese día perdimos media hora porque nos quedamos a socorrer a un piloto alemán.

- Explíqueme un poco más de ese rescate.

-Nos detuvimos para auxiliar a un equipo que estaba en una situación ciertamente complicada, ya que el camión estaba volcado en un cordón de dunas y se encontraba en una situación peligrosa. Logramos poner el camión derecho y luego la organización nos compensó el tiempo perdido en el rescate. Ese día nos dimos cuenta que estábamos en carrera y todo iba bien. A partir de entonces fuimos siempre delante, dependiendo de cómo era la pista. Si tenía más o menos baches quedábamos mejor o peor. Cuando dependía de mis manos estábamos delante y cuando dependía de la suspensión evidentemente donde no hay, no hay.

-¿Piensa volver al Dakar?

Ahora mismo estoy centrado en mi familia y el trabajo. Me encantaría volver y mi idea es seguir, pero realmente conseguir algo mejor de lo que hemos hecho este año con este vehículo es muy difícil. Si se lleva más presupuesto y una suspensión mejor, seguramente podríamos adelantar varios puestos y a lo mejor hacer un octavo o un noveno en la general. Pero por delante tenemos prototipos que son de otro mundo, con más de mil caballos de potencia y un peso mucho menor. La opción sería que se fije en mí algún equipo de los más potentes, viera mis cualidades y me lleve un poco de camión de asistencias.

-¿Cuál ha sido su presupuesto para este año?

-La mitad de lo que debería llevar, unos 100.000 euros aproximadamente. Con eso no puedo ir rápido porque no puedo llevar más neumáticos, los frenos y las suspensiones se rompen... Hay que usar neumáticos gastados y hacer verdaderos milagros para intentar acabar la carrera. Este año vamos a intentar empezar prontito a buscar el presupuesto.

-El equipo ha funcionado bien.

-Estupendamente. Juanjo Caamaño es la primera vez que venía. Él ha aprendido a copilotar en este Dakar y a mi hermano Jesús le pasaba algo similar. Somos una tripulación joven y tiene mucho mérito el haber acertado en las etapas más duras de navegación. La experiencia es un handicap porque hay muchos equipos con profesionales en la cabina y no como iba yo, en familia.

-Este año se acertó en la apuesta.

-Nosotros, por lógica, debíamos haber acabado más atrás. Era un equipo menos profesional, más familiar. Deberíamos haber estado el 20 o el 25 y meternos en la undécima plaza de la general, estando la mitad de la carrera haciendo el sexto puesto de una etapa, el séptimo, muchas entre los diez primeros, es un éxito. Creo que las cualidades están, con un poquito más... Hace falta un poco más de presupuesto porque estamos hablando de un evento con una repercusión mundial garantizada.

- ¿Qué diferencias ha encontrado entre este Dakar y el anterior?

- Este ha sido mucho más duro y aunque parezca lo contrario no me ha favorecido porque había muchas más piedras, zona en la cual no voy bien porque no tengo vehículo para ir rápido ahí. Ha habido menos dunas. Con arena es donde mejor me desenvuelvo. Además atravesamos el desierto de Atacama, algo que fue durísimo. La otra gran diferencia es que este año la organización y el control han funcionado muchísimo mejor.

- ¿Piensa que el próximo Dakar regresará a África o seguirá en Suramérica?

-No lo sé. El Dakar desde hace muchos años es un evento mediático de primera magnitud. Tanto Argentina como Chile pusieron seis millones de euros cada uno para que el rally fuera para allá en 2010. Volkswagen tiene muchos intereses en Suramérica. Es una firma poderosa que apuesta por el Dakar y 'paga' a muchos medios de comunicación. Por otra parte, creo que se está haciendo una apuesta fuerte entre Túnez, Libia, Egipto y los Emiratos Árabes. Dicen que ahora mismo está al cincuenta por ciento de posibilidades y no tengo ni idea de qué pasará.

-¿Le gustaría que regresara a sus orígenes, acabando en el lago Rosa de Dakar?

-Me gustaría que cambiara. Me considero más que deportista, aventurero. Me gusta afrontar retos nuevos. He estado dos años en Suramérica y más o menos ya se cómo es: las mismas dunas, los mismos sitios. Me gustaría que fuera por África porque, aunque el coste es similar, la verdad es que al salir desde Buenos Aires estás más días fuera de casa.

-¿Con qué apoyos ha contado este año?

- Quiero agradecer desde aquí el apoyo de nuestros patrocinadores: Condusav, Andalucía Turismo, STF, MPE, Joga, Ballestas Rebollo, Disagon, Calderay Maquinaria, Ayuntamiento de Palos de la Frontera, Don Camilo e Pepone y Suministros San Jorge. Sin ellos esta experiencia no hubiera sido posible.

- ¿Qué más apoyos necesitaría?

-Todos serían bienvenidos. Con Cepsa estamos en conversaciones y sobre todo sería bueno que llegara el patrocinio de las administraciones. Con un poquito más podemos lograr mucho. Las cualidades las tenemos, lo que hace falta es un poco más de apoyo.

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