Presenta sus firmes credenciales al 'play-off' (1-0)

Recreativo - Racing

El Decano da una demostración de seriedad y madurez ante el Racing, lo que le permite meterse de lleno en la pelea por una plaza de promoción de ascenso a Primera División. Chuli vuelve a marcar y Cabrero mantiene otra vez su meta a cero

Antonio Carrasco

Huelva, 17 de febrero 2013 - 15:00

Todo aspirante a pelear por cotas altas en la competición liguera debe presentar una serie de requisitos. Es necesario ser un equipo seguro, fiable y constante, capaz de mantener una regularidad a lo largo de la campaña. Tiene que poseer un estilo claro y definido, aunque no por ello inflexible ni carente de recursos para amoldarse a las circunstancias. A nivel particular resulta imprescindible contar un futbolista con ángel, con ese don especial para estar siempre y desnivelar la balanza a favor tanto cuando el viento sopla de cara como cuando lo hace en sentido contrario. Y además de todos los argumentos necesarios para sumar, es imprescindible la solidez suficiente para amarrar lo que se tiene entre las manos en cualquier momento.

Uno a uno. El Decano presenta todos y cada uno de esos elementos. Algunos son innatos. Los tuvo ahí, si bien no siempre fue capaz de exponerlos. Otros los fue adquiriendo con el paso de las jornadas. El resultado es ese Recre convincente e ilusionante que acumula ya tres jornadas seguidas sumando de tres. Amparado en el estado de gracia de Chuli de cara al marco contrario, la consistencia de un bloque cada vez más hecho y la solidez adquirida con la llegada de Cabrero al once y la evolución defensiva, este conjunto presentó frente al Racing de Santander sus firmes credenciales para pelear por la promoción de ascenso a Primera División. Llegados a este punto, cualquier otra meta es conformista.

El Recre firmó frente al Racing de Santander una primera mitad impecable. Tuvo el control y el dominio de la situación. Mantuvo a su oponente replegado sobre su campo. Los cántabros trataron de salir al contragolpe sin éxito en contadas ocasiones. Una acción de Juanmi que se marchó alta a la media hora de juego fue todo.

El resto, un monólogo recreativista. Firme atrás y con las ideas muy claras. Sergi Barjuan le ganó la partida a Gay. Matizó su sistema. La esperada inclusión de Jonathan Valle por delante de Dimas y Matamala fue un quebradero de cabeza para el centro del campo santanderino. El cántabro es una delicatessen recuperada para el fútbol. Siempre deja un destello en la retina, nunca le falta un recurso, un control o un regate. El técnico albiazul ha logrado que entre en la dinámica de trabajo y presión del grupo. Su evolución es una de las grandes esperanzas para el último tercio de la Liga. Junto a él, Arana ofreciendo alternativas por la banda y el futbolista con mayúsculas de la temporada nunca falta a su cita con el gol. Lo definió Fernando Vega como el Raúl albiazul. En su gol demostró que tiene ese don especial al que se refirió el arahalense. Estaba en el sitio justo y el momento preciso para dar un toquecito de tacón a la pelota y acabar con la resistencia racinguista (33').

Antes la tuvieron Pardo y Jonathan Valle. El central crece con el paso de las jornadas. Demostró una agresividad y una colocación impecables. Un fichaje extra en el mercado de invierno después de haber estado prácticamente defenestrado. Mario se lució en un cabezazo suyo al cuarto de hora. Tres minutos después rozó de nuevo el balón antes de que golpease el palo tras un disparo ajustado de Jonathan Valle. Y tuvo una tercera intervención de mérito el portero. Sacó de la misma escuadra un lanzamiento de falta del cántabro del Recre. Dando las gracias por lo corto del marcador se marchó el Racing al descanso.

Otro cariz tuvo la segunda parte. Uno de los principales retos que aún no ha logrado superar este Decano es cerrar su compromisos. Los mantiene abiertos hasta el final. Esto produce una zozobra innecesaria. El Racing no fue mejor en este tramo que en el primero. Sin embargo, como cualquier otro conjunto de la categoría, se benefició de la duda que el paso de los minutos imprimió al choque. Ni con espacios encontró el Recre la forma de sentenciar el envite. Lo mantuvo vivo hasta el último cuarto de hora.

Sintió entonces el vértigo que azota a cualquier equipo cuando tiene tan próximo el triunfo. Lo acariciaba, pero con tan escaso margen en el marcador que cualquier error podía condenarlo a un empate injusto. La lesión de Morcillo fue el aderezo definitivo. Sin el valenciano, al conjunto local le tocó sufrir para mantener su ventaja. Tuvo que mostrar entonces ese otra versión tan necesaria para ser grande. Dominó a su rival durante 80 minutos. En los últimos diez, cuando se vio superado tuvo la capacidad de resistir, pelear como un jabato y cerrar todas las opciones para garantizar los tres puntos.

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