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El mal día de La Palma lo aprovecha el Espeleño para ganar con doblete de Rubén Jurado

Un momento del encuentro entre La Palma y el Espeleño.

Un momento del encuentro entre La Palma y el Espeleño. / Manolo Camacho (La Palma del Condado)

Dicen que el que tuvo retuvo y si además le das ventaja, entonces te hace el lío. A los dos minutos de partido, un error grosero de Mesa, al intentar ceder el balón a su portero, lo aprovechó Rubén Jurado para fusilar a Marcos Montaño. A partir de ahí, asumido el error ante un equipo, el Espeleño, que es fiel reflejo del mensaje de su entrenador, Juan Carlos Quero, La Palma recondujo el camino a base de apretar arriba, buscando de paso provocar el error en el contrario y a punto estuvo de conseguir rédito en un par de ocasiones.

Sin embargo, el gol del empate llegó en una de las señas de identidad más notables del conjunto condal, de cabeza, con Andrés como abanderado a la salida de un córner. Minuto 25 de partido.

El Espeleño siguió como si tal cosa, sabedor de sus virtudes y sus defectos. No se afligió. Y a la salida de otro córner, un remate que despejó como pudo Montaño, Rubén, otra vez él, que pasaba por allí, la empujó a la red. Corría el minuto 35 y a ese tiempo el partido ya era difícil ce descifrar. Igual que replegaba el Espeleño que salían como demonios, lo que originó que La Palma tuviera que vigilar su espalda. 1-2 al descanso, demostrando el partido que eran dos iguales como dijimos en la previa.

La segunda parte se dispuso con el Espeleño en plan contragolpeador y así acumuló varias veces la sentencia, en los minutos 55 y 58, con Montaño como protagonista. Mientras, el  equipo de Nacho Molina era un quiero y no puedo, todo al paso, previsible, lo que permitía a los cordobeses recular, cerrar y armarse, y eso que el entrenador sevillano agitó el avispero en forma de cambios.

Los minutos finales fueron una locura, con La Palma volcada y e Espeleño achicando agua. La tuvo Rafa Navarro, en el 96, pero un paradón de Pedro lo evitó. Fue un palo porque no se esperaba. La Palma se rodeó de espesura y previsión a la hora de afrontar el reto. Un mal día lo tiene cualquiera, y ahí estaba el conjunto de Quero para pasar la factura.

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