Tertulia deportiva 'Huelva Información'

Lleva casi media vida cuidando del Recreativo

  • Rodolfo Ortiz entró en el club en la campaña 1987-88. Confía en que el equipo albiazul siga ascendiendo posiciones en la clasificación.

Lleva casi media vida cuidando del Recreativo de Huelva. Rodolfo Ortiz, jefe de los servicios médicos del club onubense, cumplirá 58 años el próximo mes de diciembre. Entró en la entidad albiazul en la campaña 1987-88 y desde entonces ha colaborado con el Decano no sólo con los futbolistas del primer equipo, sino también con los jugadores de la cantera. Ayer acudió como invitado a La Tertulia Deportiva de Huelva Información que se celebró en el restaurante La Mirta Golf junto a la periodista María del Mar Toscano, directiva del Club Esgrima Huelva. Ambos compartieron mesa y animada conversación con miembros de la redacción deportiva de este diario.

Ortiz guarda en su memoria numerosas anécdotas que le han sucedido a lo largo de los años, como aquel partido disputado en Eibar "en el que Pancho era nuestro portero. Casi al final del partido le dieron una patada en la cara y le partieron la nariz. Salí a atenderle y me manché las manos de sangre. Para no ensuciarme la chaqueta y como no tenía nada para limpiarme, al salir del campo no se me ocurrió otra cosa que hacerlo con uno de los banderines del córner. ¡Madre mía la que me cayó! -recuerda-. Para regresar a nuestro banquillo tuve que recorrer buena parte de la línea de banda mirando hacia la grada esquivando todo lo que me tiraban", comenta con una socarrona sonrisa.

Asegura que en el Decano ha tenido "muchísimos" pacientes "complicados de llevar", aunque prefiere no citar sus nombres. Entre los mejores, recuerda a Javi García "un tío que lo daba todo en el campo. Sufrió varias lesiones y era muy duro. Una gran persona".

Confiesa que no pensaba estar tanto tiempo como médico en el Recre. "Entré en el club pensando en aguantar unos cinco o diez años. Ahora la verdad es que estoy cansado y me cuesta mucho trabajo seguir. Llevo muchísimos viajes largos en el cuerpo, sin poder disfrutar de la familia en las vacaciones ni los fines de semana". De hecho se platea dejar el cargo aunque matiza que "no voy a dejar al club tirado. Me cuesta mucho decir que no pero si viene alguien y se ve que sirve me mantendría uno o dos años ayudando en la segunda fila".

A la pregunta de si ahora está viviendo la peor época en el Decano responde que "a nivel personal, no. A nivel institucional, sí. Todos sabemos lo que pasa aunque con franqueza yo no sé lo que se está cociendo dentro. Voy poco por la secretaría, porque mi trabajo no está allí, y tampoco paso demasiado de la raya del campo hacia adentro, salvo cuando se solicitan mis servicios. Muchas veces me encuentro gente y me pregunta: 'Rodolfo ¿qué pasa con esto?' Y mi respuesta sincera es: no tengo ni idea", dice.

El galeno desvela que a lo largo de su carrera profesional en el club "ha habido momentos en los que me he sentido maltratado sintiendo que se jugaba con mi tiempo y mi nivel profesional. No voy a decir que los asuntos de la gestión se están haciendo bien ahora, pero lo cierto es que a Pablo Comas le debo estar aquí, porque había quien no quería contar conmigo".

Ortiz indica que entre los casos más desagradables que se ha encontrado en el fútbol fueron "en el partido contra el Atlético de Madrid, cuando tuvimos que colocarle a Aguilera la cánula de Guedel tras recibir un balonazo fortuito de Pernía, y pocos días después, jugando en Sevilla, cuando se la tuvimos que poner a Quique Romero tras un golpe con Notario. Cayó al suelo convulsionando aunque afortunadamente cuando salió del campo ya había reaccionado". También recuerda otro encuentro "jugando en Cataluña, creo que en Tarragona, a Antonio Calle le abrieron en canal la pierna. Se le veía hasta el tendón y le tuve que coser la herida punto a punto".

Mar Toscano, con buen humor, comenta: "Veo que el fútbol es más peligroso que la esgrima y eso que nosotros trabajamos con armas".

El médico recuerda con cariño a muchos profesionales que han pasado por el Recre. "Entre los entrenadores quizá con los que mejor me he llevado ha sido con Julián Rubio, Paco Herrera y Manolo Villanova. Tengo una memoria selectiva y me acuerdo de lo bueno. Ahora estoy muy a gusto con Alejandro Ceballos pero ha habido personas que me han dejado con las patas colgando y se han metido mucho en mi parcela".

También quiso destacar "el gran equipo de fisioterapeutas que trabajan conmigo: Carlos Lorenzo, Antonio Ruiz y Francisco Javier Pérez, y dos que ya no están: José Antonio Garrido y Nacho Galardi".

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