Primera medida de calado del nuevo consejo de administración del Recreativo. La directiva anunció ayer el despido de Fernando Iturbe, persona de confianza del expropietario de la entidad, Pablo Comas. La salida de Iturbe es la primera de las que se esperan en el seno del estadio Nuevo Colombino. El caso del madrileño es diferente al de otros trabajadores de la entidad igualmente en la cuerda floja, y que serán despedidos también. Iturbe no era personal laboral del Recreativo, sino que trabajaba como autónomo y facturaba mensualmente por sus servicios al club. Esto ha facilitado burocráticamente la salida de Fernando Iturbe. Habrá más.

En un escueto comunicado, el Decano informó que "ha decidido prescindir de los servicios de Fernando Iturbe, que desde el mismo día de hoy deja de tener vinculación con la entidad. El club le agradece los servicios prestados y le desea la mejor de las suertes en el futuro". Su salida estaba cantada desde la entrada del nuevo consejo y no tomó a nadie por sorpresa. Iturbe era una persona muy vinculada a Pablo Comas y tras la destitución de éste como consejero delegado su suerte estaba echada. El madrileño ocupaba un cargo indefinido dentro de la comisión deportiva desde hace algo más de un año tras el ascenso de Manolo Toledano a la dirección deportiva. Éste contaba con el respaldo del Ayuntamiento como propietario, y se encargó de la que debía ser la planificación de esta campaña. No obstante, en los últimos días de la pretemporada, tras el bloqueo impuesto por Comas, fue Iturbe quien tomó el control junto a José Luis Peña, responsable de la cantera albiazul, de los movimientos como la llegada de Alejandro Ceballos o los fichajes de última hora una vez que Toledano quedó apartado por Comas en su última decisión al frente de la gestión recreativista.

Fernando Iturbe llegó al Recre hace cuatro años como persona de confianza de Pablo Comas. El expropietario de la entidad albiazul lo situó como máximo responsable de las operaciones deportivas del equipo y encargado de supervisar todos los movimientos, especialmente en sus dos primeras campañas. Tomó decisiones muy criticadas por los aficionados y fue permanentemente cuestionado. Su controvertida figura no gozó del respaldo del recreativismo. Además, con el deterioro de la entidad y por su vinculación con Comas quedó en una complicada posición tanto fuera como dentro del propio Decano. Además de la falta de confianza profesional y personal de los nuevos gestores, su coste era inasumible para el club y sus funciones están cubiertas de sobra por otros profesionales recreativistas. Más allá de la salida del club de figuras afines a Pablo Comas, el nuevo consejo de administración tendrá que afrontar un plan de ajuste dentro de la normalización económica e institucional de la entidad que adecue la realidad laboral y salarial del Recreativo. Por ello se esperan nuevas marchas del club.