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Crónica La Palma-Bollullos: Siete minutos le bastan a los visitantes para poner patas arriba el partido

Un momento del encuentro entre La Palma y el Bollullos.

Un momento del encuentro entre La Palma y el Bollullos. / Manolo Camacho (La Palma del Condado)

Con siete minutos le bastó al Bollullos para poner patas arriba el partido, a La Palma y a su feria, que le dio el domingo grande de la localidad palmerina. Antes de eso, una cita infumable, al paso, a la remanguillé, sin continuidad y cargada de errores impropios de dos equipos que se precian de tratar a la pelota con dulzura. Hasta llegar la reacción foránea, La Palma vivió de una renta que no era real. Sustentada en un gol que confundió a todo el mundo. Porque hasta llegar al toque de a rebato de los visitantes, el equipo de Mario Rodríguez deambuló por el campo, exactamente lo mismo que La Palma, solo que los locales vivían en la mentira, por el gol, que como decimos confundió mentes y propuestas. De hecho, La Palma, cuando se vio por detrás ya en el epílogo, quiso ponerle respuesta cuando ya las preguntas estaban respondidas. 

El partido arrancó con el Bollullos lanzando tres córner de forma consecutiva en apenas dos minutos. Hasta ahí le duró las balas de fogueo al equipo de Mario, que a partir de ahí, por un extraño caso de conformismo, se echó más atrás de la cuenta y eso, casi sin pretenderlo, impulsó a La Palma, que a los 22 minutos de partido se puso por delante después de un error de cálculo de la defensa visitante, que permitió centrar a Carlos Fernández, permitió ganar el balón a Buba en el segundo palo, y permitió que Gonzalo rematase a placer.

Iba de errores el asunto cuando la defensa local propició un robo de balón y Lucas, el mejor de largo, no pudo batir a Marco. Minuto 27 de partido. Todo lo que aconteció hasta el descanso fue un abrir y cerrar de bocas, bostezos a mansalva.

Mario recompuso equipo y espíritu en el descanso y el Bollullos, sin llegar a bordarlo, era otro. El paso al frente le iba a descubrir a La Palma que aún estaba de feria. Porque fue, de largo, el peor partido de los locales en mucho tiempo. De hecho, a pesar de la derrota en Puente Genil, solo una semana antes, dio allí un recital que para nada se pareció a lo que ofreció ayer.

Tanto se fue desnudando el partido que el Bollullos iba a terminar descamisado y La Palma en harapos. Siete minutos, con eso fue suficiente. A los 75 de juego empató Adri aprovechando una mala salida de balón de La Palma. Otra más. Y siete minutos más tarde, en el 82, Lucas, el hombre del partido, volvió a retratar a la defensa local con el segundo. Para entonces, La Palma ya no era un equipo, era un alma deambulante que cambió el toque por el pelotazo a ninguna parte, fruto de la frustración.

Apuntar que el Bollullos debió quedarse con uno menos. El árbitro del partido le perdonó la segunda a Ramírez, justo antes de comenzar la reacción bollullera. Y apuntar de igual manera que la afición visitante goleó a la local en las gradas. Más numerosa y efusiva, lo que notó su equipo a la hora de echarse el partido a las espaldas.

Así fue la historia del derbi del Condado. El Bollullos en siete minutos reforzó su autoestima y volteó una situación que ya criticaba su afición en la grada. Es el fútbol, que pasas de héroe a villano en un segundo. Con respecto a La Palma, ya se percata que esto es Tercera, y aquí, un estornudo se convierte en una pulmonía. Así que antibióticos al canto antes de que la infección toque el tuétano.

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