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Cartaya-Sevilla C: Los rojinegros necesitan un triunfo como el aire que respiran para alejarse de los puestos de abajo

Entrenamiento del Cartaya.

Entrenamiento del Cartaya. / AD Cartaya (Cartaya)

Al Cartaya no le alcanza con lo que tiene para sumar aquí, allá y acullá. Aunque sea de punto en punto. Y eso ha dirigido al equipo a posicionarse a un solo punto de los puestos de descenso, tras la derrota en Las Cabezas, ante un rival directísimo por la salvación. Siete días antes, el Ceuta B le descubrió también las costuras. Se escapó en tablas y tuvo que dar el empate por bueno. Como pueden detectar, al equipo le falta gol y resoluciones y eso, en una categoría como esta, se paga a precio desorbitado. Es cierto que el equipo compite los partidos, pero no le alcanza. Esa es la realidad a este punto y hora.

Se va a cumplir la octava jornada de la Liga y vuelve a comparecer en casa ante un filial, el Sevilla C, que es capaz de cualquier cosa, incluso de entregar los partidos como si nada pasando de pronto a avasallarte. Que le pregunten al Coria, al que le levantó un cero a tres.

Por lo tanto, el partido es una incertidumbre en lo que hace referencia a su desarrollo, entre otras razones porque es altamente imprevisible por cómo llegan ambos a la cita. Lo que está meridianamente claro es que el Cartaya debe mejorar ostensiblemente sus prestaciones, esencialmente en su relación con la generación de fútbol y el gol.

Los filiales son de natural desprendidos en lo que hace referencia a seguir unos patrones desde la pizarra. Eso puede convertir el partido en un ir y venir, sin retrovisores. No cuadramos a los equipos de Limón en esa partitura. Pero igual se lía la manta a la cabeza y se tira al monte. Algo tiene que hacer y tiene que ser algo diferente a lo que ha venido experimentando.

También hay que apuntar que las bajas están siendo considerables y cada una de ellas de un peso abrumador en referencia a titularidades. Por eso, el Cartaya mira con recelo a lo que pueda disponer para el choque.

Es importante ganar pero también no perder. La rachas se rompen cuando eres inteligente y aplicas las sensaciones verdaderas para tomar las decisiones. Se supone que compitiendo llegarán los resultados. Pero hay que generar, acercarse más a la portería contraria y acertar. Casi nada. Pero esa es la clave, esa y no desfallecer en el intento.

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