El nivel de adrenalina y moral de La Palma cotiza en límites insospechados. El recital en Ayamonte, con un cero a tres inapelable en el partido más redondo de los condales en mucho tiempo, la ha borrado las penas de la cara al conjunto de Nacho Molina, que en apenas dos jornadas ha pasado el infierno al cielo a base de creencia y levantamiento generalizado. Después de cuatro derrotas seguidas, el equipo ha tenido una reacción fulgurante. Y hay quien se frota los ojos. No es para menos.

Se puede asegurar que La Palma llega al partido ante el todopoderoso Ciudad de Lucena (domingo a las 12:00) en las mejores condiciones posibles. Pletórico de moral y de contenido. Hace nada todo parecía oscuro y ahora es primavera. Así de grande es el fútbol.

Salió Teté dirección Jerez y resulta que ha llegado un tipo, Benítez, que en su primera aparición dejó grandes detalles y un golazo para poner en video. Todas las escobas barren bien al principio, luego habrá que esperar a ver cómo anda de regularidad. Pero la presentación del delantero en Ayamonte fue simplemente sublime. A eso se agarra La Palma para sorprender al líder. A eso y al trabajo colectivo porque a este punto, hay futbolistas que van recuperando el tono y el equipo cada día está más ensamblado. Ya lo dijo el entrenador, que necesitaban tiempo porque han llegado diez futbolistas nuevos con respecto a la pasada temporada.

La Palma se moviliza para meter en el estadio el ambiente necesario para desprender calor. El equipo se está ganando a pulso ese apoyo y el club espera correspondencia masiva. Para ganar, no solo bastará con jugar bien. Tienen que acompañar otros factores y la afición y es un puntal necesario.

Es posible que Juan Becken pueda estar disponible después de varias semanas de ausencia por lesión. Otra cosa es que el entrenador decida hacer algún cambio. La Palma estuvo impecable en todos los sentidos en Ayamonte y ya saben lo se hace cuando las cosas funcionan.