Hay decepciones que pesan una tonelada. El Cartaya, tras ganar en Jerez y ponerse las orejas de punta, cayó ante el Pozoblanco cuando no se esperaba ni entraba en el guión, entre otras razones porque hay victorias que te elevan y el Cartaya estropeó incluso esa corriente creciente. No hay quién entienda a este equipo ni sus propuestas. Era un partido para jugar a la pelota y resultó un pelotazo en toda regla, o gatillazo, como prefieran.

Dice una regla no escrita del fútbol que si tienes que encajar que sea cuanto antes por aquello de tener tiempo para reaccionar. Pues bien. El Cartaya encajó el gol y su condena en el minuto tres de partido. Como entenderán, toda la vida por delante. El problema es que este equipo, recordando al pasado, le soplan en la oreja y se cae de forma estrepitosa. En ningún momento supo aplicar la lectura pertinente para salir a flote. Es más. El Pozoblanco no precisó hacer ningún alarde para sostenerse en el gol en todo el partido. Sólo navegó y guardó. Nada más. Así de simple se llevó un botín que para ellos es el mismo valor que el oro, que ahora está por las nubes.

Dos ocasiones claras tuvo el conjunto de Juanma Rodríguez, de esas que pueden acabar en gol perfectamente. Esa cosecha no le alcanzó ni tan siquiera para que el conjunto cordobés se pusiera nervioso. Por cierto, el entrenador rojinegro hizo varios cambios respecto a Jerez cuando se esperaba continuidad en el once.

Ya en la segunda parte, Juanma acudió a la revolución. Tres cambios de una tacada que no arreglaron nada. Más bien se frenó el partido, hasta el punto que la cohesión entre las líneas desaparecieron y el pelotazo largo se apoderó del escenario. El fútbol, ese que te distingue, ni asomó la gaita. Y así es imposible.

Alguien apuntó en la previa que en Jerez, el Cartaya jugó con la ansiedad del rival y que era posible que el Pozoblanco apostase a lo mismo ante los rojinegros. Lo clavó. Porque con el paso de los minutos, la necesidad y la impotencia local se puso a jugar al lado de la pelota y de ello se aprovechó el conjunto cordobés, que solo tuvo que dejar pasar el tiempo.

Dos jornadas después el Cartaya vuelve a estar en una posición extremadamente delicada. Lo de Jerez, de momento, queda en nada y tiene que esperar a ver cómo se desarrolla la jornada. Pero las caras de los futbolistas al término del partido lo decían todo. No hay más preguntas, señoría.

Ficha técnica 

Cartaya: Ángel, Manuel, Francis Ruíz, Fran Palma (Tavira, 72´), Miguel Fernández (Juanma Galán, 52´), Wojcik, Lolo, Paco Benítez, Ulloa (Gabarri, 82´), Rubén Cabeza (Rubén Cabeza, 52'), Pepe (Novoa, 52´).

Pozoblanco: Dela, Ángel, Siles, Puyi, Espinar (Cachorro, 78'), León (Samu, 59´), Sergi Brunet, David García (Carlos Moreno, 78´), Miguel Sánchez, Hugo (Fran Gómez, 73´), Almagro (Almagro, 59´).

Goles: 0-1 (3´)Sergi  Brunet

Árbitro: Moreno Lapeira, Kevin Manuel del colegio sevillano. Mostró cartulina amarilla por los locales a Paco Benítez y Toni Gabarri. Y por los visitantes a David García, León, Puyi, Miguel Sánchez y Sergi Brunet.

Incidencias: Estadio Luís Rodríguez Salvador. Unos 200 espectadores.