Antón se viste de rojo
El corredor del Euskaltel se enfundó el maillot de líder con una ventaja exigua de un segundo sobre 'Purito' Rodríguez · El francés Moncoutie se adjudicó la etapa
El francés David Moncoutie (Cofidis) se adjudicó en solitario la octava etapa de la Vuelta disputada entre Villena y Xorret del Catí, de 190 kilómetros, la primera cita de montaña, en la que Igor Antón (Euskaltel) se vistió con el maillot rojo de líder, con un segundo de ventaja sobre Purito Rodríguez y dejó tocados a varios favoritos.
Moncoutie, cartero antes de dedicarse al ciclismo profesional, siempre llama tres veces, y de manera consecutiva en la Vuelta, ya que dejó su sello en Sierra Nevada (2009) y Pla de Beret (2008), años en los que se llevó además el maillot de la montaña.
Culminó la escapada del día con un arranque camino de Catí que le permitió despegarse de sus compañeros de fuga. Aventajó en 54 segundos a Serafín Martínez (Xacobeo), Johann Tschoop (Bouygues) y José Luis Arrieta (AG2R).
Mientras el francés celebraba su éxito, por detrás se libraba la batalla entre los favoritos, donde destacaron Antón, Purito (Katusha) y el italiano Vincenzo Nibali (Liquigas). Los tres llegaron a meta a 1.29 del ganador, en un duelo que dejó claro que son los más fuertes.
Un ascenso corto, de apenas 4 kilómetros, que da nombre a la única fuente que existe en la zona, el Xorret (Chorro) de Catí, que hizo daño con sus tramos de hasta el 22%. Aquí se dejaron demasiado caudal nombres de la alta jerarquía del pelotón. Ezequiel Mosquera, 33 segundos respecto al nuevo líder; Fran Schleck, 1.07 minutos, igual que David Arroyo, quien llegó magullado, como el ex líder Philippe Gilbert, que además entró a más de 3 minutos, lo mismo que el ruso Menchov. Tiempos que son significativos, que no definitivos.
La general se aclara en el primer asalto en la montaña. Antón encara una situación con pinta dulce. El de Galdácano se llevó "el premio gordo", feliz por el acontecimiento y por poder dedicarle su maillot rojo a Txema González, en la memoria del pelotón. Le pisa los talones Purito, mientras que Nibali confirmó su candidatura.
Una etapa rodeada de expectación ante la posible refriega entre los favoritos. Cinco puertos en el recorrido, perfil rompepiernas por la provincia de Alicante. En esta ocasión la fuga habitual tardó en formarse. Muchos intentos de salida y algunas caídas, que afectaron entre otros a David Arroyo, Mark Cavendish y Alessandro Petacchi. Más tarde al ex líder Gilbert.
El pelotón pasó agrupado en la primera dificultad, el Alto de Onil, pero en el kilómetro 50 ya había escapada, con los españoles Martínez y Arrieta, el suizo Tschoop, el francés y el kazajo Assan Bazayev (Astana).
Martínez se trabajó el maillot de la montaña. Coronó en cabeza en Tudons, Torremanzanas y La Carresqueta, todos de segunda, con el pelotón en la persecución en torno a los 5 minutos.
A 48 de meta, la diferencia subió a 7.30, momento que se puso a tirar en cabeza el Cervelo de Carlos Sastre, que enseguida redujo en un par de minutos el retraso a falta del ascenso definitivo a Xorret de Catí.
Ningún movimiento en cabeza, entre los favoritos, a 6 kilómetros de la cima de Catí. El Liquigas de Nibali marcaba el ritmo en la persecución, pero aún con un retraso de 2.34 minutos. Estaba claro que con su demarraje, Moncoutie se iba a llevar la etapa. Un veterano que tiene mucho oficio, con dos etapas del Tour en su palmarés, y que guarda como oro en paño la txapela que le pusieron en la Vuelta al País Vasco.
El galo hizo solo la subida, mantuvo en el llano y remató la faena de manera elegante. Ajeno al éxtasis del cartero, Purito atacó a 4 kilómetros. Descolgó al líder y a unos cuantos rivales directos, pero no a Antón y Nibali, sus sombras. Repitió la jugada dos veces más, pero no hubo manera. Al final la ley de los más fuertes. La Vuelta ya tiene sus primeros candidatos. La carretera elegirá.
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