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Conil-Cartaya (4-0): Los rojinegros salen retratados de tierras gaditanas

Duelo entre el Conil y el Cartaya en el José Antonio Pérez Ureba.

Duelo entre el Conil y el Cartaya en el José Antonio Pérez Ureba. / Manolo Camacho (Conil)

Los tres últimos partidos del Cartaya fuera de casa han sido un suplicio y en Conil se multiplicó por el infinito. Ocho goles en contra por ninguno a favor habla mal de un equipo que es uno en casa y otro diferente, muy diferente fuera. En Conil le cayó la tormenta perfecta, aparte del fuerte viento de levante, que fue otro dolor de cabeza.

Juanma Rodríguez, ausente del banquillo por sanción, apostó por defensa de tres centrales ante la ausencia de Paco Benítez y el invento se le cayó al minuto de partido. Saque una falta lateral, la defensa del Cartaya se la traga y Franci Ruiz tuvo que derribar al delantero para evitar el gol tras el despeje de Marco Montaño. Penalti y expulsión del capitán, que duró exactamente un minuto en el terreno de juego. Juanito marcó la pena máxima y el Cartaya se quedó con diez y descompuesto.

Aún así, aguantó 25 minutos en la entereza. No llegaba pero al menos impedía que el Conil hiciese más sangre. Hasta que Pepe, improvisado central, cometió un error de los que te dejan muy tocado. Balón que despeja la defensa gaditana, Pepe, de cierre, intenta controlar sin nadie alrededor y su mala recepción dejó a Cuenca habilitado para marcar el segundo. Había transcurrido media hora de juego y el rejonazo en el hoyo de las agujas dejó a los rojinegros sin aire y luego se comprobó que también sin alma.

El dos a cero al término de la primera mitad abría una rendija a la esperanza, por muy optimista que pareciese, sencillamente porque el conjunto onubense tendría el aire a favor y eso podía cambiar colores y dinámica. Y hete ahí que en la primera acción de la segunda mitad, en otra falta colgada sobre el área rojinegra, va Marco Montaño y se la traga. Juanito, que pasaba por allí, la tocó de cabeza y marcó el tercero y la sentencia, por si había alguna duda.

A raíz de ahí el Cartaya fue un juguete roto en mil pedazos. Desconectó por completo, se fue del campo y todo lo que intentó no tuvo sentido. Ya sobre la bocina, en el 81 de juego, Cuenca, después de armar la mejor triangulación local de todo el partido, marcó el cuarto y cerró la afrenta.

Tiene mil explicaciones lo que ocurrió y seguramente todas ellas se carguen de algo de razón. Que si la expulsión en el primer minuto, que si el campo, que si el viento, que si la ausencia de Paco Benítez. Mil, como digo. Pero haría bien el Cartaya en no fijarse en ninguna porque eso le conduciría al error. Lo sustancial es que es uno en casa y otro fuera. Esa es la realidad. Y que lo que ofrece fuera no le da para competir en la mínima dignidad. No lo dice el partido de Conil. Sino antecedentes preocupantes que datan desde hace tiempo. Y no quisiera poner como ejemplo lo de Coria. Aunque ya lo he hecho.

Ficha técnica

Conil: Navas, Pablo Ureba (Molina), Elías, Oscar, Juanito (Calderón), Cuenca, Jesús, Kiko, José Mari (Cuervi), Ismael (Gonzalo), Álvaro (Fran).

Cartaya: Marco, Manuel, Novoa, Francis, Miguel Fernández (Toni Gabarri), Lolo (Wojcik), Álvaro Espuny, Diego Vargas (Fran Palma), Ulloa (Tavira), Rubén Cabeza (Cornago), Pepe.

Goles: 1-0 Juanito (P. 3'); 2-0 Cuenca (30'); 3-0 Juanito (46'); 4-0 Cuenca (81').

Árbitro: Cruz Navarro del colegio sevillano. Mostró cartulina amarilla por los visitantes a Miguel Fernández, Lolo y Diego Vargas. Y por los locales a Pablo Ureba . Expulsó con cartulina roja directa a Francis Ruíz.

Incidencia: Estadio José Antonio Pérez Ureba. Unos 300 espectadores.

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