Así ha sido el examen de Matemáticas en la selectividad de Andalucía 2025: ¿Más o menos complicado que el año pasado?
El cambio en la estructura del examen marca diferencias significativas respecto al año anterior
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Un editorial de El País, en el examen de Lengua y Literatura II de la Selectividad 2025 en Andalucía

Los estudiantes andaluces que han afrontado este año la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) se han encontrado con un examen de Matemáticas II significativamente más exigente que el del curso pasado. La principal novedad radica en un cambio estructural que ha eliminado la flexibilidad que caracterizaba la prueba de 2024, según se desprende del análisis comparativo de ambas convocatorias.
Transformación radical en la estructura del examen
El modelo de examen que rigió en 2024 permitía a los alumnos una gestión estratégica de sus conocimientos. La prueba constaba de 8 ejercicios distribuidos en 4 bloques de 2 ejercicios cada uno, donde el estudiante debía resolver únicamente uno de cada bloque. Esta configuración ofrecía una gran flexibilidad, ya que los estudiantes podían esquivar completamente aquellas materias en las que se sentían menos seguros.
El examen de 2025 presenta una estructura completamente diferente: un bloque obligatorio con un ejercicio que todos deben resolver, seguido de tres bloques con optatividad donde el estudiante debe seleccionar un ejercicio de cada uno. Esta modificación reduce de 4 a 3 el número de ejercicios optativos, pero introduce la obligatoriedad de resolver el primer ejercicio sin posibilidad de elección.
Un problema aplicado como ejercicio obligatorio
La nueva estructura de 2025 arranca con un ejercicio obligatorio que plantea un problema contextualizado: Juan ha gastado 80 euros en la compra de un jersey, una camisa y un pantalón, sabiendo que el precio del jersey es un tercio del precio de la camisa y el pantalón juntos. El problema se complica al añadir descuentos diferenciados del 30%, 40% y 20% respectivamente en periodo de rebajas, reduciendo el gasto total a 57 euros.
Este tipo de planteamiento contrasta con la diversidad de opciones que ofrecía el modelo anterior, donde los estudiantes podían elegir entre diferentes enfoques matemáticos según sus fortalezas.
Contenidos similares, distribución diferente
El examen de 2024 abarcaba una amplia gama de contenidos distribuidos a lo largo de sus 8 ejercicios opcionales: análisis de funciones logarítmicas y trigonométricas, cálculo de límites, estudio de primitivas, cálculo integral, geometría analítica del espacio, álgebra matricial, sistemas de ecuaciones lineales y problemas de optimización.
La convocatoria de 2025 mantiene la diversidad temática pero con una distribución diferente. Los tres bloques optativos incluyen límites indeterminados y análisis de funciones con logaritmos neperianos, geometría del espacio con cálculo de volúmenes y distancias, cálculo integral y un ejercicio de estadística aplicada sobre inspección técnica de vehículos.
Mayor nivel de exigencia global
El nivel de complejidad técnica de los ejercicios se mantiene comparable entre ambas convocatorias. Sin embargo, la imposibilidad de evitar el ejercicio obligatorio incrementa notablemente la exigencia global de la prueba de 2025.
En el modelo anterior, un estudiante que dominara tres áreas específicas de las matemáticas podía prescindir completamente de la cuarta, concentrando su preparación en sus puntos fuertes. La nueva estructura elimina esta estrategia, obligando a los alumnos a demostrar competencias más equilibradas en todas las áreas de la materia.
Análisis de la dificultad
Los ejercicios opcionales de ambas convocatorias presentan un nivel técnico similar. Los límites indeterminados, el cálculo de primitivas, los problemas de geometría espacial y el álgebra matricial mantienen una complejidad equiparable. La diferencia fundamental radica en la pérdida de capacidad de elección.
El examen de 2024 incluía, por ejemplo, ejercicios sobre funciones continuas definidas por tramos, análisis de concavidad y convexidad, ecuaciones de rectas tangentes y normales, y sistemas paramétricos, siempre con la posibilidad de selección según las preferencias del estudiante.
El cambio estructural refleja una evolución hacia un modelo de evaluación que prima la formación integral sobre la especialización. La nueva configuración busca que el estudiante demuestre un dominio más homogéneo de todas las competencias matemáticas de segundo de Bachillerato.
Esta transformación, que afecta a estudiantes de Andalucía, Ceuta, Melilla y centros españoles en Marruecos, representa un incremento objetivo en el nivel de dificultad de la prueba. La eliminación de la opcionalidad total convierte el examen de 2025 en una evaluación más exigente que requiere una preparación más equilibrada y completa por parte de los estudiantes.
El nuevo modelo de examen podría obligar a replantear completamente las estrategias de preparación para la PAU. Mientras que en el sistema anterior los centros educativos podían enfocar la preparación intensiva en tres o cuatro bloques temáticos, la estructura de 2025 exige una preparación necesariamente más amplia y equilibrada.
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