Todos los cambios de la nueva selectividad 2025: penaliza la ortografía y exigen más reflexión
Miles de estudiantes afrontan esta semana la renovada Prueba de Acceso a la Universidad con menos opciones de respuesta y mayor peso de preguntas abiertas hasta el 70% de la nota final
Los estudiantes andaluces se enfrentan a los exámenes de selectividad con el foco en la madurez

La nueva Prueba de Acceso a la Universidad (PEVAU) 2025 comienza este martes 3 de junio en Andalucía y otras comunidades autónomas con modificaciones sustanciales tras cinco años del denominado 'modelo pandemia'. Los cambios principales incluyen mayor peso a la capacidad de reflexión, reducción significativa de la opcionalidad y penalización más severa por faltas ortográficas.
Decenas de miles de estudiantes de Bachillerato se enfrentan a un formato considerablemente más exigente donde al menos el 20% de las preguntas serán de carácter práctico, obligando a demostrar no solamente conocimientos sino también madurez y pensamiento crítico.
El nuevo diseño de la selectividad incrementa notablemente el porcentaje de preguntas abiertas, que ahora representarán hasta el 70% de la puntuación de cada examen, frente al 50% del modelo anterior. Según indican fuentes universitarias, lo fundamental este año será "argumentar las respuestas y añadir ejemplos para dejar claro que se entiende de lo que se habla y lo que se pregunta". Asimismo, aconsejan a los estudiantes responder con concisión y "no irse por las ramas", ya que la coherencia, cohesión y corrección gramatical supondrán hasta un 10% de la nota final.
¿Cómo afectan las nuevas penalizaciones por ortografía?
Entre los cambios más relevantes destaca la mayor penalización por faltas de ortografía. En concreto, se podrán restar hasta 2 puntos en Lengua Castellana y Literatura II y lenguas cooficiales; 1,5 puntos máximo para lengua extranjera, y hasta 1 punto para el resto de materias. Un endurecimiento que busca mejorar la expresión escrita de los futuros universitarios.
Otro aspecto fundamental es la reducción de la opcionalidad. A partir de este año habrá un único modelo de ejercicio para cada materia, estructurado en diferentes apartados. Aunque podrá existir cierta posibilidad de elección entre preguntas o tareas, en ningún caso implicará la disminución del número de competencias evaluadas. Es decir, ya no será posible descartar partes del temario como ocurría durante la pandemia.
La duración de cada examen se mantiene en 90 minutos, con descansos de al menos media hora entre pruebas. Los exámenes se distribuirán entre tres y cuatro días consecutivos, dependiendo de la comunidad autónoma, siendo tres en el caso andaluz.
Calendario de las pruebas por comunidades
Las pruebas ordinarias comienzan el día 3 y finalizan el 5 en la mayoría de comunidades, con algunas excepciones: Cataluña (11, 12 y 13 de junio), Canarias (4, 5, 6 y 7 de junio) y Valencia, donde aproximadamente 500 alumnos afectados por la DANA del pasado octubre realizarán los exámenes los días 1, 2 y 3 de julio.
Respecto a la convocatoria extraordinaria, tendrá lugar el 1, 2 y 3 de julio en la mayoría de territorios, salvo en Asturias (7, 8 y 9 de julio), Canarias (2, 3 y 4 de julio), Cataluña (3, 4 y 5 de septiembre) y Navarra (25, 26 y 27 de junio).
Estructura adaptada a la nueva reforma educativa
La estructura de la selectividad se adapta a la última reforma educativa (Lomloe o Ley Celaá) y continúa dividida en dos partes: la Fase de Acceso o Fase General, que es obligatoria, y la Fase Voluntaria, recomendable para quienes aspiren a notas entre el 10 y el 14 para acceder a las carreras más demandadas.
En la Fase de Acceso, los estudiantes deben examinarse obligatoriamente de cuatro materias troncales: Lengua y Literatura II, Lengua Extranjera II (inglés, francés, alemán, italiano o portugués), la materia específica obligatoria de la modalidad de Bachillerato cursada e Historia de España o de la Filosofía. En las comunidades con lengua cooficial, los alumnos realizarán también el examen de Lengua Cooficial y Literatura II, completando así cinco pruebas obligatorias en lugar de cuatro.
Estrategias para afrontar el nuevo modelo
El impacto de estos cambios en los estudiantes es considerable. El nuevo modelo exige mayor capacidad de expresión escrita, argumentación y ejemplificación. Ya no bastará con memorizar contenidos, sino que será necesario demostrar comprensión profunda de los mismos y capacidad para relacionarlos con contextos reales.
La reducción de la opcionalidad supone también un desafío importante. Los alumnos deberán preparar todo el temario sin poder descartar bloques completos, como ocurría en el modelo pandémico. Esto implica un estudio más exhaustivo y una preparación más completa en todas las materias.
El incremento en la penalización por faltas de ortografía obliga a prestar especial atención a la corrección lingüística. Los 2 puntos que pueden restarse en asignaturas como Lengua Castellana podrían marcar la diferencia entre acceder o no a determinados grados universitarios con notas de corte elevadas.
De cara a esta nueva PEVAU, los expertos recomiendan a los estudiantes centrarse no solo en memorizar contenidos, sino en comprender los conceptos en profundidad. Practicar la redacción de respuestas argumentadas, con ejemplos claros y contextualizados, resulta fundamental para adaptarse al nuevo formato de preguntas abiertas.
Asimismo, es importante revisar cuidadosamente la ortografía y gramática en todos los exámenes, especialmente en las materias lingüísticas donde la penalización es mayor. La concisión y claridad expositiva serán también aspectos valorados positivamente por los correctores.
Por último, pero no menos importante, la gestión del tiempo durante los 90 minutos de cada prueba será crucial. Al aumentar el peso de las preguntas abiertas, que requieren mayor elaboración, los estudiantes deberán administrar eficientemente los minutos disponibles para cada apartado.
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