Coronavirus Andalucía

¿Cuáles son los fármacos que están funcionando contra el coronavirus?

  • Un estudio analiza los fármacos usados en 170 hospitales de España que han logrado mitigar la gravedad del Covid-19

Una sanitaria del hospital Virgen del Rocío de Sevilla sostiene dos probetas.

Una sanitaria del hospital Virgen del Rocío de Sevilla sostiene dos probetas. / Juan Carlos Vázquez

El confinamiento es una de las pocas certezas a las que se ha agarrado la humanidad para salir a flote de la primera ola pandémica. Sin una solución farmacológica segura todavía –una vacuna o un tratamiento específico y eficaz–, no queda otra que el encierro, coinciden los virólogos, infectólogos, y especialistas en salud pública. Si hace un mes y medio ingresaban entre 300 y 400 pacientes por Covid-19 en los hospitales andaluces, ayer lo hicieron 18.

El flotador ha sido el severo claustro hogareño y, para el camino, un cóctel urgente de fármacos.

A medida que la curva de los contagios iba siendo torcida por la cuarentena, los hospitales liberaban camas de las improvisadas plantas y de las unidades de cuidados intensivos ampliadas. Hubo un momento clave, un hallazgo esencial en el tratamiento provisional contra el virus, leer "la gravedad de la enfermedad como una complicación inflamatoria secundaria a la infección". En la enfermedad también hay fases. El abordaje terapéutico de este descubrimiento clínico fue el paso del Rubicón.

"Es difícil equilibrar prudencia y pericia clínica", afirma Jesús Sierra, jefe de sección en la farmacia del hospital de Jerez, cuando se le pregunta por la máxima hipocrática de primero no hacer daño. "La sensación que ha impregnado todo respecto a las decisiones terapéuticas es la de estar en guerra", dice antes de añadir que "nos hemos encontrado con unas cifras de letalidad por encima de lo esperado", recuerda Sierra, chiclanero, doctor en Farmacia por la Universidad de Granada y una de las personas que más sabe sobre el cóctel farmacológico empleado en los hospitales españoles contra el coronavirus.

Sierra es el coordinador del Registro Español de Resultados de la Farmacoterapia frente a la Covid-19 (Rerfar Covid-19), un estudio hecho a partir de los tratamientos aplicados a unos 8.000 pacientes en 170 hospitales de España. La muestra no es desdeñable. El fin es examinar el balance entre el beneficio y riesgo de las terapias, un elemento para mejorar el conocimiento sobre la "aportación" y "utilidad" de los fármacos empleados en España hasta la fecha.

El remdesivir, de uso anecdótico

Unos 700 farmacéuticos de 180 servicios hospitalarios del país han colaborado en este registro impulsado por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, cuyos resultados están a punto de ser publicados. Será un hito. Antes, Sierra avanza algunos datos preliminares. "A excepción de remdesivir, cuyo uso ha sido anecdótico, el resto de fármacos empleados tienen un perfil de seguridad razonablemente conocido", explica Sierra sobre la seguridad de los medicamentos administrados.

A la espera de lo que den de sí los miles de ensayos clínicos que están desarrollándose en todo el mundo y que determinarán los medicamentos más adecuados para tratar el coronavirus, ha ido instalándose poco a poco un consenso médico basado en estudios observacionales que está sirviendo como terapia de choque para atajar los efectos más graves de la pandemia, disminuyendo también la presión hospitalaria.

Combinado de fármacos

En España, a tenor de la información que arroja el registro Rerfar Covid-19, el patrón del tratamiento contiene un componente temporal, coherente con cada uno de los dos estadios con los que cursa la patología causada por el SARS-CoV-2 y que incluye, de modo preventivo, la administración en todas las fases de anticoagulantes (heparina), desde que aparece la infección respiratoria. El peligro de la aparición de trombos así lo aconseja.

Para Sierra, el empleo de los anticoagulantes es un perfecto ejemplo de cómo "la pericia médica y la comunicación entre los equipos médicos ha jugado a favor de los pacientes".

Llama la atención, entre los parámetros que refleja el registro de farmacéuticos hospitalarios, el escaso uso en el combinado farmacólogico español del célebre remdesevir. Aún sin un ensayo clínico que lo apoye, y conocido por una inicial euforia en el mercado de las acciones bursátiles estadounidenses, el remdesivir sólo "ha estado disponible excepcionalmente" al margen "de los ensayos clínicos". Menos del 1% de los hospitales españoles lo han usado durante esta primera ola.

Más frecuente, con una administración en casi el 90% de los centros hospitalarios españoles, ha sido otro clásico de estas fechas: la hidroxicloroquina. Este fármaco, utilizado comúnmente entre enfermos de lupus, artritis reumatoide o de malaria, ha sido empleado con profusión desde la primera fase de la enfermedad, cada vez más asociado a la administración de azitromicina, un antibiótico de amplio espectro. A Sierra le ha resultado "llamativa" la creciente incorporación" de este antimicrobiano al combinado de choque contra la patología coronavírica, "cuando las evidencias de partida eran de muy bajo nivel".

Otra de las drogas más utilizadas en España estas semanas ha sido el lopinavir/ritonavir, una mezcla ya conocida para tratar y prevenir el sida y el virus que lo provoca, el VIH, y que ha sido administrado cuando los pacientes tienen una radiografía normal, pero hay infección respiratoria y el paciente tiene más de 60 años. También es de uso en el estadio en que se percibe una afección pulmonar por radiografía.

Los medicamentos de elección varían en la fase en la que la enfermedad presenta complicaciones inflamatorias en todo el organismo, que es la segunda parte de la enfermedad. Llegados a ese punto, el periodo más crítico para los pacientes que lo sufren, prima el empleo de antiinflamatorios esteroideos (corticoides) y de inmunosupresores (tocilizumab).

Ha sido éste el cóctel con el que España ha ido bogando la primera ola, reduciendo la mortandad.

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