La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

Juanma Moreno no es ni un gamberro ni un señorito

Algunos socialistas mesetarios deben saber que en Andalucía no hay más cacique que el que algunos beben (en exceso) con cola Que suene Ione

Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta, en una comparecencia reciente.

Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta, en una comparecencia reciente. / M. G. (Madrid)

La vicepresidenta Teresa Ribera es una perla africana del consejo de ministros que está haciendo un final de temporada que ni Osasuna. Doña Teresa atiza de lo lindo al presidente andaluz. Para ella Andalucía es una “esquinita”. Pero es que Moreno (“Llamadme Juanma”) es un “señorito” y un “gamberro”. La vicepresidenta no está haciendo méritos para ser enviada a la Embajada de España ante la Santa Sede. Uno no tiene claro qué es la moderación porque aquí el más arrogante se reviste con la casulla moderada y le compramos el crecepelo, pero sí tenemos clarinete dónde no está la moderación. Y no lo está en el discurso de quien está obligada a tender puentes, buscar soluciones consensuadas, negociar, ceder, fomentar entendimientos... Emplear calificativos tan inapropiados revela, sobre todo, pobreza de espíritu. La política se empequeñece con esos discursos al igual que se banaliza cuando nuestros barandas de todo signo nos cuentan chorradas de su vida cotidiana. No, una vicepresidenta del Gobierno de España no puede hablar en esos términos en ningún caso. Al final todos los políticos son metidos en el mismo saco. No puede la señora Ribera comportarse como los forofos, la Moncloa no puede ser una fan zone, ni los tuits una suerte de gatillo, como le ha pasado a la otra señora, la que desbarró llamando “judío nazi” al dilecto Bendodo. La rectificación fue todavía peor. Y la petición de disculpa, para enviarla a la papelera de reciclaje.

No saben polemizar, discrepar, mantener un contraste de pareceres sin que les falte el palillo en la comisura y el escupitajo a un suelo alfombrado de cáscaras de cacahuetes. Por supuesto no saben emplear ni la ironía ni manejar las gotas justas de acidez, como siempre ha sabido Guerra, por poner un ejemplo de la izquierda. Es obvio que el presidente de la Junta de Andalucía no es ningún gamberro. Se le podrá criticar por muchos aspectos, incluso por mostrar nerviosera cuando una periodista le preguntó por el polémico plan de regadíos. Le sobran cortesanos que lo defiendan con ardor guerrero, entusiasmo servil y estómagos agradecidos, por cierto. Pero nada de eso quita que, efectivamente, no es un gamberro ni mucho menos un señorito.

Quizás haya que explicarle a cierto socialismo mesetario que hace mucho tiempo que en Andalucía no hay más cacique que el que algunos combinan con cola. Y así, por cierto, pasa después lo que pasa con las redes sociales... Llena ahí. Los gamberros son los que tienen comportamientos incívicos. Y Moreno no es ningún vándalo. Es cierto que algunas veces habla con una vaca. Pero eso es un detalle menor. Muuuu.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »