Balance de la campaña hortofrutícola 2018-2019

Coexphal avisa del agotamiento del modelo agrícola almeriense

  • El campo almeriense arroja unos márgenes cada vez más estrechos, con unos precios estancados en los últimos 20 años y un aumento de los costes de producción, principalmente, los correspondientes a la mano de obra

  • El producto estrella, el tomate, continúa su particular declive iniciado hace años, con el cherry como protagonista negativo

El gerente de Coexphal, Luis Miguel Fernández, ha ofrecido los datos de la campaña 2018-2019 en la sede de la asociación.

El gerente de Coexphal, Luis Miguel Fernández, ha ofrecido los datos de la campaña 2018-2019 en la sede de la asociación. / Elio Sancho (Almería)

El campo almeriense se desangra. Lleva años haciéndolo. Y lo único que le ha permitido taponar la herida que tiene desde hace años ha sido produciendo más kilos. A base de incrementar el volumen de producción ha sobrevivido a la asfixia que acumula en los últimos diez años en cuanto a los costes de producción, que se han incrementado en gran medida en cuanto a la mano de obra, con la subida del Salario Mínimo Interprofesional, desde el pasado 1 de enero, así como a la creciente competencia de países terceros, principalmente, al auge de Marruecos y la estabilidad de Holanda.

Así lo ha denunciado esta mañana Coexphal, la asociación de productores y exportadores de Almería, a través de su gerente, Luis Miguel Fernández, que ha sido el encargado de desgranar, cultivo a cultivo, las variables más importantes, esto es, el precio, la producción, la facturación, el coste y el margen que ha arrojado la campaña hortofrutícola 2018-2019, así como la evolución que ha experimentado el sector en los últimos cinco y diez años.

De esta forma, Coexphal ha querido trasladar una radiografía lo más exacta posible acerca de la realidad que vive el campo almeriense, anticipándose, incluso, al tradicional balance de la campaña agrícola que realiza cada año la Consejería de Agricultura en Almería, que suele ser, precisamente, en el mes de julio.

"La campaña 2018-2019 ha dejado un mal sabor de boca, principalmente, porque ha arrojado muy malos resultados en el periodo de primavera". Así arrancaba Luis Miguel Fernández, que añadía que los precios han caído más de un 30% en melón y sandía, igual porcentaje que han disminuido los ingresos en ambos cultivos, a pesar del incremento de la producción, del 40% en melón, y del 10% en sandía.

El cálculo del margen del agricultor muestra que éste ha perdido, esta campaña, casi la mitad del beneficio que consiguió un año antes

En líneas globales, los precios han caído un 2% este año, mientras que la producción ha aumentado un 5% y los ingresos lo han hecho en un 3%. El pimiento ha sido el producto más regular, al mantener un precio estable y mejorar en un 6% su producción, dando como resultado una campaña "aceptable", apuntó Fernández.

El tomate, en declive

El cultivo de tomate, el producto estrella históricamente en el invernadero almeriense, lleva varios años comportándose de forma errática. En la actual campaña ha arrojado altibajos en el precio y cada vez ofrece menos rentabilidad. En conjunto, este año ha contabilizado una subida del 12% en el precio y un descenso del 2% en la cifra de producción.

"Cada campaña disminuye la superficie de cultivo de tomate y se produce un trasvase hacia otros productos, lo que provoca un colapso en esos cultivos", ha asegurado el gerente de Coexphal. "El tomate es el cultivo que tiene mayor competencia respecto a otros países productores, además de que es el que registra más problemas fitosanitarios, como es el caso de la Tuta absoluta", ha apostillado.

En este sentido, Fernández mostró, apoyándose en material gráfico y estadístico, cómo Almería ha perdido cuota de mercado en la Unión Europea en la exportación de tomate a lo largo de la última década. La provincia almeriense exporta el 15% de la cifra total que absorbe la UE, idéntico porcentaje que Marruecos, que ha duplicado su cuota, mientras que Holanda mantiene su hegemonía, exportando prácticamente la tercera parte del volumen de kilos de tomate que compra la UE, con un 31%.

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