La XXXIII Semana Santa Chica en Aracena se celebró un año más con éxito de participación tras reunir a doce hermandades en una tarde fría de sábado y pese a la amenaza de lluvia.

El evento tuvo lugar, como en los últimos años, entre la céntrica y concurrida Plaza del Marqués y el conocido Paseo o Plaza del Pilar, que se han asentado como escenario aunque muchos recuerdan de antaño la Plaza de Santa Catalina como lugar de celebración de esta bonita y singular tradición.

La celebración en sábado y el céntrico recorrido dan un nuevo impulso al acto

Y como ocurre desde 2011, parece haberse perpetuado ya la celebración en la tarde del sábado en lugar del domingo como anteriormente, lo que favorece la presencia de un mayor número de personas, que también lo agradecen las empresas del sector de la restauración.

Las doce hermandades participantes proceden de diferentes barrios y calles de Aracena. Cada año los pequeños sorprenden en los exornos, ornamentación particular, detalles y otros elementos dignos de reseñar.

La imaginación aflora, los sentimientos se palpan y la devoción y fe se transmiten al resto, algo enseñado desde pequeños a través de diferentes generaciones.

Jóvenes, cada uno en su papel, con sus mejores galas y, cómo no, los nervios a flor de piel. Por supuesto padres, madres, familiares, abuelos y conocidos disfrutan de una gran fiesta y ponen todo de su parte para que la Semana Santa Chica permanezca y siga siendo todo un éxito. En el paseo se dieron cita muchos cofrades, miembros de hermandades locales, curiosos y numerosos visitantes, sorprendidos éstos con lo que estaban contemplando.

La edad máxima para participar en la Semana Santa Chica es de 14 años. En las últimas ediciones se produce una excesiva sobreprotección de los padres y madres sobre sus hijos, protagonistas de la Semana Santa Chica, al estar demasiado encima en su puesta en escena, algunos incluso en la misma carrera oficial, y eso provoca menos vistosidad e improvisación agradable y simpática de los niños.

Una vez más estuvieron representadas la mayoría de hermandades de Aracena, destacando varias del Cristo de la Plaza y de la Vera Cruz. La celebración que cuenta con una participación casi igualitaria entre niños y niñas.

El jurado, cada miembro elegido por las hermandades participantes, volvió a estar representado por jóvenes que hasta no hace muchos años formaban parte de la Semana Santa Chica. Incluso algunos ya están muy vinculados a las juntas de gobierno y hermandades de penitencia de Aracena.

Tras la finalización de la Semana Santa Chica, ya entrada un poco la noche, tuvo lugar la entrega de premios para las hermandades más destacadas y distinciones a todas ellas. Cada año se hacen menciones especiales para el mejor capataz, cuadrilla de costaleros, exorno floral, entrada a carrera oficial, entre otros.

En este 2017 se ha cumplido la edición 33 de la Semana Santa Chica, pero el cartel anunciador muestra una imagen de 1958 en la que se demuestra que ya existía entonces esta tradición cebollera y la pasión del pueblo serrano por la Semana Santa, su principal fiesta durante el año.

El evento está organizado por la asociación socio-cultural de costaleros y capataces de Aracena, recientemente creada legalmente, aunque se trata de un colectivo de cofrades que desde hace muchos años colabora sin ánimo de lucro por mantener la tradición, con la ayuda de varios jóvenes.