Vivir en Huelva

Alumnos frente a otra realidad social

  • El profesor de Secundaria Juan Miguel Romero encabeza el proyecto 'Cruzando la calle'

  • La Junta premia la propuesta de mejora educativa y colaboración con discapacitados psíquicos

El proyecto del profesor de Secundaria Juan Miguel Romero titulado 'Cruzando la calle', pretende motivar a sus alumnos del IES Doñana. La propuesta es acercarse al mundo educativo de quienes padecen una discapacidad psíquica y que, a pesar de ello, muestran un gran afán de superación y ganas de aprender. Así que cruzaron la calle y llegaron a un centro de estas características como el de La Canariega, donde sus alumnos son ejemplo de superación y trabajo.

El proyecto del profesor de Secundaria Juan Miguel Romero titulado 'Cruzando la calle', pretende motivar a sus alumnos del IES Doñana. La propuesta es acercarse al mundo educativo de quienes padecen una discapacidad psíquica y que, a pesar de ello, muestran un gran afán de superación y ganas de aprender. Así que cruzaron la calle y llegaron a un centro de estas características como el de La Canariega, donde sus alumnos son ejemplo de superación y trabajo.

Vivir en primera persona la realidad social, esa que, en ocasiones, parece tan ajena para muchos jóvenes que viven encerrados en su círculo social y absorbidos por el submundo que les proyectan sus smartphones. Romper esta tendencia fue, en síntesis, la idea germinal del profesor de Secundaria Juan Miguel Romero cuando dio forma al proyecto Cruzando la calle, con el que persigue que sus alumnos del IES Doñana conozcan la mundo educativo de quienes padecen una discapacidad psíquica, ejemplo en muchos casos de afán de superación y ganas por aprender. Un realidad a la que estaban ajenos a pesar de que centros como La Canariega, que trabajan en pro de este colectivo, se emplazaba justo frente de a su instituto.

El proyecto mereció el premio Antonio Domínguez Ortiz sobre innovación y mejora de la práctica educativa que promueve la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. La Administración se rindió a las bondades de un programa que ha permitido "tomar conciencia de manera práctica y directa de las dificultades de aprendizaje que tiene este colectivo de personas" y, lo más importante, cómo superan estas y otras barreras ". No en vano, los jóvenes pudieron colaborar mano con mano en los talleres de cocina, cerámica, telares, artes plásticas y de estimulación cognitiva que se desarrollan en La Canariega.

Estas iniciativas pretenden motivar a los alumnos a tener sus propias microhistorias

Pero la iniciativa demostró ir más allá. El profesor, oriundo de Hinojos, relata que la idea surgió tras constatar que contaba con alumnos muy eficientes en el campo académico, educados y disciplinados, pero apáticos frente a cualquier iniciativa. Romero tomó como acicate las propias vivencias que experimentó en su juventud tras declararse objetor de conciencia. Como alternativa al servicio militar colaboró en un psiquiátrico. Su experiencia, asegura, le marcaría para siempre, abrió su mente y le creó una conciencia social sobre la necesidad de contribuir a mejorar el entorno que nos rodea.

"En la adolescencia todos pecamos de hedonistas y nos resulta difícil empatizar con el entorno, con la gente que vive a nuestro alrededor", subraya. Por eso, optó por aplicar la metodología del aprendizaje-servicio, "que busca realizar cosas que trasciendan y te eduque en valores a través de actividades que fuesen más allá de una sola jornada. Quería que tuviera continuidad en el tiempo y los lazos que se formasen entre los usuarios y los alumnos no se limitara al que puede surgir con un día de la paz o la violencia de género", que quedan circunscritos a un día o una semana de trabajo.

El éxito de su propuesta no sólo se traduce en este reconocimiento de la Junta de Andalucía, sino que lo que empezó siendo un mero trabajo de su tutoría se exportó al resto de aulas y del propio centro después de que el IES La Rivera hiciera suya la propuesta.

Romero insiste en que "emocionalmente vivimos en la prehistoria", por lo que iniciativas de este corte logran cultivar los valores y crean "microhistorias apasionantes que surgen entre la relación de amistad, que tejen los usuarios del centro y los jóvenes, a la par que forja la madurez de los alumnos".

Silvia Mateo, subdirectora de la Asociación La Canariega, se congratula de la iniciativa impulsada por Romero a la hora de abordar un proyecto que retrata el importante papel social que desempeñan las entidades que trabajan en favor de los discapacitados. "Gracias a ello los usuarios del centro trabajan codo con codo con los adolescentes", retroalimentándose en experiencias y conocimientos. Mateo destacó la enriquecedora experiencia de doble flujo, porque "los usuarios reciben la inspiradoras ganas y conocimiento de los jóvenes, si bien ellos también les reportan conocimientos que le valdrá en su día a día".

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