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La villa turística reabrirá sus puertas

  • Las obras de rehabilitación se realizarán a través de un taller de empleo

  • Las obras tienen un coste total de 3 millones euros

  • La idea es completar el proyecto en varios años

El alcalde de Fuenteheridos con los delegados territoriales y el portavoz de IU recorren la villa turística.

El alcalde de Fuenteheridos con los delegados territoriales y el portavoz de IU recorren la villa turística. / j. moya.

La Villa Turística de Fuenteheridos abrirá de nuevo sus puertas tras doce años cerrada a cal y canto gracias a un taller de empleo de la Junta de Andalucía durante un año. La villa tiene un deterioro importante en sus instalaciones y según previsiones de la Junta costará más de 3 millones de euros su rehabilitación completa.

La Administración autonómica ha aprobado la iniciativa del Ayuntamiento de Fuenteheridos de realizar un taller de empleo, dentro del nuevo programa de cursos de formación, con dos módulos: albañilería y forestal, mediante los cuales se llevará a cabo la restauración.

El complejo turístico se construyó en los años 90 y permanece cerrado desde hace doce

El alcalde de Fuenteheridos, José Antonio Cortés, impulsor de esta iniciativa, visitó ayer la villa acompañado por el delegado de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Manuel José Ceada; la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Carmen Solana; dos concejales del equipo de gobierno socialista; el portavoz de IU, José Luis Pérez Tapias, y el diputado serrano, Ezequiel Ruiz.

El proyecto, en un primera fase, contará con un presupuesto de unos 300.000 euros, destinado a las becas y salario de los alumnos del taller, en sus dos módulos, y sueldo de los profesores. Este primer taller está previsto que se inicie antes de finales de año y tendrá una duración de 12 meses. El taller de empleo está destinado para 15 jóvenes desempleados de toda la comarca, no sólo de Fuenteheridos.

Lo primero que se ejecutará será el edificio principal de la villa, que cuenta con cocina, comedor, recepción, cafetería y salón de actos, el que mejor conservado está de las amplias instalaciones en plena naturaleza. Aun así, el estado de deterioro de parte de la villa turística tras estar cerrada desde 2005 es considerable y será necesario realizar un trabajo que durará, de completarse en su totalidad, varios años en ejecutarse, además de costoso económicamente. La intención es que la rehabilitación se haga de forma progresiva en los próximos años e ir abriendo para su actividad las dependencias que se vayan arreglando.

La Junta ha dado el visto bueno a que cuando se rehabilite el edificio principal sea utilizado por el Consistorio. En dicho edificio se va a impartir la parte teórica del taller de empleo. De hecho en la visita de ayer a la villa se pudo apreciar que hay una sala en la primera planta con ordenadores para los talleres, así como suministro eléctrico y señal de telefonía e internet.

La villa es propiedad de la Junta, aunque la intención del Ayuntamiento es recuperarla bajo un dominio de cesión por un periodo de larga duración, planteándose en principio por 50 años, y desarrollar allí una actividad profesional por su cuenta o bien ceder la gestión en un futuro a una empresa, objetivo principal.

Frente a la Villa hay otro espacio turístico municipal conocido como la Capellanía, donde se encuentra el Centro de Formación, ya terminado, que está a la espera de inauguración y apertura oficial.

La villa se encuentra a pie de la carretera N-433 (kilómetro 97) en el cruce "de abajo" de Fuenteheridos. Se trata complejo de entre cuatro y cinco hectáreas de gran belleza natural. Se creó a principios de la década de los noventa del pasado siglo XX, cuando era alcalde del PSOE José Antonio Cortes, actual edil.

La compra de los terrenos donde está la villa costó entonces unos 40 millones de pesetas (equivalente a 240.000 euros de ahora). La villa cuenta con 42 casitas rurales y cada posee una, dos o tres habitaciones, si bien hay una, la más retirada al edificio de recepción, con cuatro habitaciones. En total las 42 casas tienen una ocupación de 166 plazas. Las calles donde están las casas rurales tienen nombres de pueblos de la Sierra como Aracena, Jabugo o Cortegana, entre otros. Junto a ellas está una enorme piscina con vistas privilegiadas del entorno, rodeado de castañares, dehesas y huertas frutales.

Tras la entrada se baja unos metros por un camino y se accede a una amplia zona de aparcamientos, asfaltada, para entrar al edificio de recepción. El hotel de la villa estuvo catalogado con tres estrellas. Las casitas rurales, como el hotel y edificio de recepción, tienen dos plantas. En cuanto a las casas cuentan con cuarto de baño más secadora de pelo, teléfono, televisión, salón separado de cocina americana, mini bar-nevera, chimenea, calefacción y terraza exterior. Hasta su cierre, la villa daba entre 20 y 25 empleos directos.

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