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El colegio onubense que admiran en Europa

  • El centro educativo Aderán I es seleccionado por la Comisión Europea por sus buenas prácticas en un proyecto de colaboración con otros cinco países

Roldán García es profesor inquieto. Cuando fue destinado a un colegio de Cabezas Rubias, este maestro alosnero tenía claro que algo más había que hacer para estimular a los escolares. No fue a parar a mal sitio. El Aderán I es una agrupación de centros de tipología rural que da cobertura a la población de la propia Cabezas Rubias, de la vecina Villanueva de las Cruces y la cercana aldea de Montes de San Benito. En total cuenta con algo más de 80 alumnos de diferentes edades y cursos que comparten aula y un proyecto educativo que en otras zonas se consideraría de vanguardia. No es ya que en los últimos cuatro años funcione como centro bilingüe, que también; es que el profesorado, con Sebastián Gómez al frente como director, trata de dar un paso más para salir de El Andévalo y proyectarse al mundo entero. Al menos, a Europa. Porque Roldán y Sebastián recuperaron hace siete años esa antigua vinculación del Aderán I con un programa europeo, el Erasmus Plus, y llevan desde 2012 relacionando a sus alumnos con los de otros colegios de la UE. Y no lo deben estar haciendo mal cuando su último proyecto, finalizado el curso pasado, acaba de ser seleccionado para que la Comisión Europea lo incluya en su Libro de Buenas Prácticas Escolares en Europa. No se habían visto antes en otra. Tampoco ningún otro colegio español y muy pocos en el continente.

"Por ahora somos finalistas, no campeones de nada", advierte Sebastián Gómez sin contener, en cualquier caso, la alegría: "Que reconozcan el trabajo que hacemos después de muchos años, en un colegio pequeñito, público y rural, y a esos niveles, es un orgullo para nosotros que aparezcamos ahora a la cabeza de Europa. Llevo 30 años aquí, no digo más".

El centro andevaleño ha coordinado la acción con colegios de otros cinco países europeos

A través del programa Erasmus Plus, los centros escolares de la Unión Europea pueden poner en marcha proyectos de colaboración internacional para alcanzar objetivos comunes. Pero nada viene hecho. Son los propios colegios de distintos países los que tienen que contactar entre sí, sin espacios comunes previos, y buscar características e inquietudes compartidas que acaben por tomar forma en un proyecto que sea definido entre todos y presentado para su selección y financiación.

Esta agrupación rural de El Andévalo ya participó en uno entre 2001 y 2003 con colegios de Holanda, Dinamarca y Reino Unido. Y Roldán García tiró del carro para que en el curso 2012/13 comenzara otro, European Ark, con centros de Italia, Holanda, Dinamarca e Irlanda. En los cursos 2015/16 y 2016/17, el proyecto fue Children in a Europe of 2020, con niños de Finlandia, Dinamarca, Chipre, Hungría y Holanda.

"Los objetivos que nos planteamos fueron el fomento de la competencia lingüística, el medio ambiente y el uso de las nuevas tecnologías, con un objetivo principal de integración de centros más desfavorecidos por cuestiones como el aislamiento geográfico", explica Roldán García, secretario del Aderán I y artífice del proyecto, que se ha coordinado desde Cabezas Rubias.

La participación se centra en niños de 10 a 14 años, pero los profesores la hicieron extensiva a todos los pequeños del centro. Todos vivieron con intensidad la visita a Huelva de los colegas europeos en abril de 2017, en el encuentro que tuvo réplicas en los otros cinco países implicados.

El desarrollo del proyecto para alcanzar sus objetivos se canalizó a través de "cuatro productos fundamentales": la confección de un diccionario con las lenguas de los seis colegios participantes, además del inglés como lengua común; la escritura de un libro de cuentos tradicionales, iniciado cada uno de ellos por cada país y continuado por los demás con la inventiva de los escolares; un manual dirigido a los profesores para la enseñanza de idiomas a sus alumnos; y un taller de aplicación de las nuevas tecnologías en la preservación del medio ambiente.

Es por el apartado dedicado a la creación del libro de cuentos tradicionales de cada país, con la participación de todos, que ha sido destacado en el programa Erasmus Plus para que la Comisión Europea decida ahora su inclusión en el Libro de Buenas Prácticas Escolares. Más que un premio, insisten, sería un reconocimiento a sus esfuerzos. Aunque la mayor recompensa, aclaran, está en sus alumnos.

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