Provincia

La Mancomunidad Ribera del Huelva prescinde de dos trabajadoras

  • Ambas empleadas prestan servicio en el Centro de Información a la Mujer

  • El futuro de la entidad es cada vez más incierto

Edificio donde se ubica la Mancomunidad Ribera del Huelva.

Edificio donde se ubica la Mancomunidad Ribera del Huelva. / Javier moya

La Mancomunidad Ribera del Huelva, ubicada en Aracena y que aglutina a doce pueblos de la zona central de la comarca serrana, está más cerca que nunca de su cierre. La entidad ha comunicado a las dos trabajadoras del Centro de Información de la Mujer (CIM) -único servicio que se presta a día de hoy desde la Mancomunidad- que su contrato terminará el próximo 31 de diciembre, según confirmó el presidente de la institución, Antonio Sosa. Ambas empleadas, que trabajan a tiempo parcial, ejercen los puestos de asesora jurídica e informadora de la mujer.

El CIM se creó en julio de 1998 y ha estado vigente 18 años. Las dos trabajadoras manifestaron públicamente que desearían seguir trabajando, función que hacen no sólo para los pueblos de la Mancomunidad -once, ya que Aracena cuenta con servicio de la mujer propio- sino para casi toda la comarca serrana. En realidad, según indicaron, se ha atendido a cada mujer de la zona norte de la provincia que se ha acercado al centro, aunque no fueran de pueblos de la Mancomunidad. A partir del 1 de enero los únicos servicios de la mujer que habrá vigentes en la comarca serán los municipales y propios de los ayuntamientos de Aracena y Cortegana.

En cuanto al CIM hay un pago mensual de cada municipio perteneciente a la Mancomunidad Ribera del Huelva, junto a una subvención de la Junta de Andalucía, que tras la desaparición del CIM lógicamente se perderían. Las dos trabajadoras han planteado una alternativa que sería hacer un consorcio de pueblos interesados en dicho servicio y crear otra figura jurídica.

Además de estas dos trabajadoras, la Mancomunidad cuenta con dos administrativas. A ellas aún no les ha comunicado oficialmente nada.

En los últimos tiempos, desde finales de la pasada legislatura, la Mancomunidad está en una situación de subsistencia mientras quienes tienen que decidir piensan qué hacer con ella. De hecho su presidente y también alcalde de Galaroza, Antonio Sosa, confirmó que "todo está en el aire en estos momentos" y mientras, la Mancomunidad quedará en un estado de "standby".

Desde hace unos meses los alcaldes, en diferentes reuniones, llevan planteándose de forma muy seria la viabilidad de la Mancomunidad. La gran mayoría se pronuncian en privado a favor del cierre y sólo hay dos o tres pueblos que apuestan realmente por su continuidad. El primer pueblo que, siempre en privado, ha dicho que quiere abandonar la Mancomunidad ha sido Aracena, aludiendo que paga una cantidad importante y que los servicios que presta la Mancomunidad ya los tiene de por sí esta localidad. Un planteamiento que nunca se abordó cuando Manuel Guerra presidió la misma varios años, antes de dejar el testigo a Sosa.

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