El Ayuntamiento de Fuenteheridos puso ayer el colofón a su querida y antigua Feria de la Castaña, que comenzó el pasado jueves y que ha cumplido tres décadas de vida, ya que sus orígenes se remontan a la década de los ochenta del pasado siglo XX.

La feria ha rendido tributo a uno de los productos más reconocidos en la Sierra y singular en Fuenteheridos como es la castaña. Un evento muy concurrido de público durante estos días, en los que el buen tiempo acompañó acompañado, y cuyo centro neurálgico fue la céntrica y turística Plaza del Coso de Fuenteheridos. Allí se instalaron varios puestos con productos artesanos, alimenticios o artículos de regalo. Hubo buen ambiente y muchos turistas y vecinos que llenaron el centro papero, una de las zonas más turísticas de la comarca.

Estos días también se celebraron talleres en el pueblo, centrados en el medio ambiente y especialmente dirigidos al público infantil, quienes fueron los grandes destinatarios de la feria.

También se enseñó a los interesados a elaborar un buen tostón de castañas, y por vez primera se celebró una zambombá navideña, evento que coincidió con el encendido del alumbrado.

Por otro lado, el cartero real recogió las peticiones de los niños y, en lo relativo a la cabalgata de reyes, se procedió a la subasta de las coronas de los reyes magos.

La feria de la castaña contó también con degustaciones de productos, en las que la castaña fue la auténtica protagonista, con licores, patés o unida a otras delicias.

En el ámbito cultural, las dos exposiciones de pintura que acogió el Museo -tanto la de Jotawi como del III Certamen Nacional de Pintura Villa de Fuenteheridos- cerraron sus puertas.

Además, en la noche del pasado sábado la afamada Coral Polifónica de Tomares ofreció un concierto en la Iglesia del Espíritu Santo.